Revista Deportes
Fuera quien fuera el jugador galardonado con el Balón de Oro en el día de hoy sólo había una cosa clara a priori, y esa no era otra que el ganador iba a ser culé y de la Masia. Y precisamente esa idea se retorcía en el interior de cada uno de los integrantes de la caverna mediática, quienes han intentado disimularlo lo mejor que han podido hasta que el nombramiento de Leo Messi ha dejado al descubierto todas sus miserias.
El entorno culé tenía como preferido a Xavi, por lo que este jugador significaba, catalán, de la casa, símbolo de la Masia y de una cultura y un estilo de juego inconfundible. Y el de Terrassa era el preferido, además de por todo eso, porque a sus 30 años todos sabíamos que si hoy no era galardonado muy probablemente ya no podrá optar más a este premio, y el haberlo obtenido hoy hubiera supuesto el reconocimiento a toda una trayectoria, más que a esta temporada en sí.
De Iniesta, aún siendo enormemente apreciado por el entorno culé, en el fondo la sensación era de que el de Fuentealbilla era el que menos méritos había acumulado de los tres para obtener este premio, no por su enorme e indiscutible calidad, sino por su media temporada inicial lesionado. Su gran Mundial, y en especial su gol en la final, era su gran aval para optar al premio. Y si encima un diario italiano, en teoría prestigioso como La Gazzeta dello Sport, había filtrado que él sería el ganador, lo habían convertido en el favorito de las apuestas.
Pero todo el entorno culé y el resto del fútbol mundial, excepto un pequeño oasis en el centro de la Península Ibérica, reconocían que si se trataba de premiar al mejor jugador del mundo y del 2010, ese no era otro que Leo Messi. Y aunque su flojo Mundial, más fruto del inútil que tenía en el banquillo, lo habían alejado de todas las apuestas, finalmente ha sido el vencedor.
Y es que este año ha sido el primer año que Balón de Oro y FIFA World Player se han juntado en un solo premio, con un sistema de votaciones donde participaban entrenadores y jugadores, o sea, los que saben de fútbol. Y éstos han decidido que el mejor jugador del 2010 debía ser quien lo había sido, al igual que ha sucedido con el premio al mejor entrenador. Nadie, objetivamente, puede poner ningún pero a la elección de Leo Messi y José Mourinho como los mejores jugador y entrenador del 2010.
He dicho nadie, objetivamente. Y aquí es donde la caverna ha sufrido un varapalo enorme. Porque para ellos, conscientes de que el galardón de hoy era un premio al Barça y sólo al Barça, han querido llevar el debate del premio a una lucha entre España (Iniesta principalmente, y si esto falla, pues entonces Xavi, que aunque es catalán también sirve para este discurso) contra el resto del mundo (Messi), creyéndose que era un debate que iban a ganar sí o sí. Pero ni siquiera esto les ha salido bien, y además han hecho alarde de un cinismo sólo propio de ellos al indignarse por la no elección de dos jugadores españoles ante el único no español y sin embargo obviar el idéntico resultado en la elección de entrenador. Hasta a esto han trasladado el victimismo del que vienen haciendo gala en los últimos años.
Más allá de las preferencias que cada uno de los culés pudiéramos tener (en mi caso era Xavi) hoy ha sido un triunfo del Barça, de su Masía, de su cantera, de su cultura y de su filosofía.
Porque mientras otros gastan el oro, el Barça tiene una Masía de Oro. Y por muchos años.
Força Barça!!!
Foto: www.sport.es