Tras equilibrar la serie final en el partido del jueves pasado, pedíamos que el equipo mantuviera esa casta y voluntad para obtener un nuevo triunfo que le otorgaría la iniciativa y el match-ball. Pues bien, nuestro equipo cumplió de sobras con las expectativas y salió a la cancha dispuesto a doblegar a los Lakers y asegurarse una ventaja ante la incomodidad de tener que resolver la final en Los Angeles.
Los verdes fueron contundentes y sólidos. El partido, como no podía ser de otra forma, casi siempre estuvo equilibrado pero los nuestros llevaron la iniciativa la mayor parte del tiempo. De hecho, si en el tercer cuarto Bryant no hubiera salido al rescate de los suyos la victoria podría haber sido mucho más fuerte. Con un magnífico Paul Pierce y un estelar Rajon Rondo, los Celtics consiguieron abrirse paso y, manteniendo una defensa numantina bajo tableros, se aseguraron doblegar la voluntad de los californianos.
Kevin Garnett jugó probablemente su mejor partido ofensivo de la serie con jugadas que nos recordaron al KG decisivo de 2008. Paul Pierce consiguió 27 puntos, Rondo dejó jugadas para el recuerdo y anotó 18 puntos repartiendo 8 asistencias. KG encestó 18 y recogió 10 rebotes mientras que Ray Allen aportó 12.
En los Lakers soledad casi total de Bryant que, con 38 puntos, mantuvo a su equipo a flote en un partido en que nunca estuvieron cómodos. Mencionar una vez más un enfrentamiento que tuvo en el ojo del huracán a Artest. Se propasó en una acción sobre Garnett y Rondo quiso intervenir ganandose la técnica.
Los Celtics han sido los primeros en conseguir dos triunfos seguidos en esta final. La racha debe continuar. Sólo necesitamos una victoria más. El handicap es tener que jugarlo en el Staples pero nuestro equipo ya ha ganado allí, sabe cómo hacerlo, y no debe flojear ahora que tenemos la gloria tan cerca. Ahora más que nunca, Go Celtics !!!