Revista Cocina

Banca Pública

Por Enviado Del 74 @enviado74
Banca Pública      ¿O deberíamos decir Banca para Todos los públicos?, una banca cívica, una banca fuerte y saneada, donde todos trabajan en una sola dirección, buscando los intereses del pueblo, es decir, dar facilidades a la hora de adquirir una vivienda sin tanta exigencia en el estudio de un crédito hipotecario, poder obtener un préstamo personal y/o el estudio sin burocracia eterna de una tarjeta de crédito presentando un justificante de ingresos... esa Banca Pública existió y no hablamos de la época de los Dinosaurios, hace miles de años, sino de hace una década.
     Nos han metido tanto la crisis por los ojos, la bancarrota, la prima, el cuñado.. que ya no recordamos lo que fuimos, por culpa de los últimos gobernantes que vinieron a pescar peces gordos en España. El presidente que ha sabido llevar los primeros pasitos de los españoles, desgraciadamente "El Alzeimer" nos lo ha perdido en la memoria, lo poquito que se recordaba, de aquellos tiempos tan bien recreados en la serie "Cuéntame".
    Para recordar aquellos tiempos, que nos cuenten, que nos cuenten nuestros abuelos, no sólo las batallas de la guerra, sino también cómo era la España de la guerra y de la postguerra. Cómo era España con Franco, sin Franco, con democracia y sin ella. Cómo fue nuestra transición y cómo era el Rey de España y sus gobernantes, y un pueblo preocupado y unido con sindicatos sin ánimo de lucro, luchando por levantar un país y unos valores. Tanta Constitución, tanta ilusión desvanecida en la nada, tras unas décadas. Se ha perdido todo VALOR y valores en el camino. Hemos perdido la ilusión por las cosas más sencillas: el dinero y la avaricia del truan con guante menguante, predomina en nuestra sociedad. Y a eso hoy lo denominamos desgraciadamente, Banca Pública.
Banca Pública   El dinero lo acapara todo: Bolsa, Valores, Participaciones Preferentes, Bonos, Letras del Tesoro, Fondos de Inversión, Renta Fija, Variable, Depósitos financieros, Compra Deuda Pública. La mejora de un país va en función de la especulación del mercado bursatil. Antes la Banca Pública también era esto. El cliente era ahorrador e inversor, no como ahora que es inversor arruinado por la mala gestión del asesor de turno.
Cabe destacar, que la Banca Pública tuvo un antes y un después: antes se trabajaba para dar servicio y seguridad al cliente. Ahora se trabaja para buscar nuevas artimañas de timo a un cliente defraudado. Y la culpa de todo esto no la tiene el mandado de la sucursal bancaria, la tienen los directivos que están por encima de él, la comisión nacional del Mercado de Valores que consiente estas operaciones y el mayor encubridor del delito: el propio gobierno demócrata, que nunca debió permitir que el  pequeño ahorrador fuera bankero. Pero lanzaremos una flecha a favor de nuestros gobernantes: si no lo hubieran consentido no serían ellos mismos: Españoles codiciosos, es decir españoles por el mundo. Por ello hay antiguos presidentes de Clubs de Fútbol que han viajado mucho, conocedores de mundo, que se han dejado el dinero hurtado a hurtadillas en paraisos fiscales, tras cogerlo de las arcas del Estado y dice la leyenda, que un caimán se ha comido los millones de euros. Será un caimán prehistórico o maya, para resguardarlo del fin del mundo.
   Hemos pasado por varios tránsitos intestinales con la Banca: desde el Banco nuevo y extranjero, con depósitos crecientes y remunerados; Bancos fuertes y solventes que patrocinan Ligas de Fútbol y financiación I.C.O.; Y por último, y éste es el mejor de todos, el banco que usábamos de pequeños cuando lo usabamos como postes para jugar con la típica lata de cola y que de tanto golpearlo se ha convertido en el "Banco Malo". Esa debe ser la verdadera y única razón por la cual, ya nadie quiere utilizarlos y han quedado abandonados a su suerte, porque uno no sabe lo que puede durar en él.
   Caemos tantas veces, que el hecho de que nos mencionen "Banco Malo" damos por hecho que el banco está roto y con riesgo de que se vuelva a romper. Y preferimos volver a nuestra Banca Nacional, la de toda la vida. Nuestra maltrecha Banca Pública, la de todos y cada día la de más gente.

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