El costo económico es, en muchos sentidos, el menor y la última de las preocupaciones frente a temas más severos que los inversores deben tener en cuenta sobre el quiebre de la moneda única. La fragmentación del Euro tendría costos políticos dado que la harían perder su influencia internacional y el concepto de Unión Europea perdería sentido. Esto podría permitir la emergencia de una forma de gobierno autoritario o militar para evitar la guerra civil.El proceso que lleva a un gobierno a decidirse a abandonar un modelo de divisa único conlleva un "gran estrés" y provoca un "trastorno extremo" y daños económicos "severos". Este es un factor que marca la diferencia y añade el componente social al caos económico, problema que afecta sobre todo a los países periféricos y, con especial virulencia, a España: el paro. "Cuando se tiene en cuenta el impacto del desempleo, es virtualmente imposible plantear un escenario de ruptura sin serias consecuencias sociales". El informe continúa diciendo un poco más:
Es evidente que no todas las partes se sumergirán en el caos tras la fractura de la moneda única. Pero el punto es que el sufrimiento para una parte importante de la unión monetaria es altamente probable.El informe concluye que pese a la imagen de separación que los países europeos transmiten debido a las dificultades para lograr un consenso, son conscientes del elevado coste que tendría el fin de Eurolandia. Por este motivo, Donovan afirma que la única dirección posible es una integración fiscal, hacia la que ya se mueven "lenta y dolorosamente".
A continuación, cuelgo el informe del banco suizo UBS:
Euro break-up The consequencesUna mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización