En el número 54 de la calle Atocha había dos bancos. Dos
bancos en los que la gente se sentaba a charlar, a relacionarse, a descansar…
Esos bancos constituían un pequeño remanso de paz en una vía por la que al día
transitan miles de peatones, vehículos y autobuses. Un lugar en el que gente de
diversa condición y origen dialogaban y se relacionaban, fomentando así la
diversidad y la «mixofilia», que diría Bauman. Eso lo veíamos
cada día desde los balcones de nuestra oficina. Desde ese atalaya privilegiado
veíamos como un joven senegalés dialogaba con un «gato» septuagenario, una mujer rumana
y su familia se sentaban a hablar con el camarero del Museo del Jamón, un grupo
de personas mayores se sentaban a «ver la vida pasar», una pareja de guiris
hablaba con un señor marroquí, un perro de ojos tristez esperaba impertérrito a
que su dueño regresara de tomarse unas cañas… De tal suerte, estos dos
bancos constituían una microinfraestructura urbana que transformaba ese tramo
de calle en una isla de verdadero espacio público. Porque, como
ya hemos dicho en más de una ocasión, el espacio público solo es tal si en él
toman protagonismo lo relacional, lo social o lo político.
Pues bien, hace unos días esos dos bancos desaparecieron. Al principio pesamos que lo hacían para poner una terraza o señalar una nueva zona de carga y descarga. «Privatización del espacio público», pensamos. Pero tras hablar con varios parroquianos del Museo del Jamón hemos descubierto de qué se trataba: ese espacio lo van a ocupar los anclajes de una de las 123 estaciones de BiciMAD, el nuevo sistema de alquiler público de bicicletas que el Ayuntamiento de Madrid está instalando estos días (¡por fin!).
Desde luego, en Paisaje Transversal estamos a favor de la implantación un sistema de alquiler público de bicicletas que fomente su uso en la capital. Pero la manera en la que se está llevando a cabo no parece la más adecuada. Máxime si tenemos en cuenta que en la plaza Antón Martín, a escasos metros de donde estaban los bancos, hay un aparcamiento de motocicletas. ¿No se podría haber quitado espacio a las motos en vez de a la ciudadanía?
Al parecer, este no es un caso aislado. Según nos cuentan, en la plaza de San Ildefonso de Malasaña ha sucedido algo parecido. A estas
situaciones se le suman las crecientes críticas sobre el excesivo coste del
servicio, lo cual puede terminar por generar un rechazo por parte de la
ciudadanía hacia el servicio BiciMAD.
Como ya hemos indicado en alguna ocasión, el fomento de la movilidad
urbana sostenible y el uso de la bicicleta en la ciudad no depende solamente de
disponer de una buena infraestructura ciclista (carriles bici, actuaciones de
calmado de tráfico, servicio público de alquiler de bicis, etc.), sino también
de generar una sensibilización entre la ciudadanía. Por lo que una mala
planificación como la de este tipo de acciones pueden resultar muy nocivas para
BiciMAD, pudiendo llegar a estigmatizar el servicio.
Por lo tanto, desde aquí solicitamos al Ayuntamiento de
Madrid que restaure los bancos e instale la estación de BiciMAD en la plaza
Antón Martín, en el lugar donde actualmente ocupa el aparcamiento de
motocicletas.
Bicis sí, bancos también.
¿Nos ayudáis a difundir el mensaje? ¡El espacio público de
Madrid está en juego!
Créditos de las imágenes:
Imagen 1: #BancosAtocha ¿Dónde están los bancos? BiciMAD retira los bancos de c/ Atocha 54 (fuente: Paisaje Transversal)
Imagen 2: Al lado de donde BiciMAD ha retirado los bancos hay una plaza llena de motos... ¿Alguna explicación? (fuente: Paisaje Transversal)
Revista Arquitectura
#BancosAtocha: BiciMAD, ¿dónde están los bancos de Atocha 54?
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