Un divertido y corrosivo thriller en clave de humor con una trama donde los rasgos grotescos y absurdos se asemejan cada vez más a la realidad del país.
Cubierta de: Banderillas negras
Un conocido diputado nacionalista aparece asesinado en extrañas circunstancias en Montjuic. El crimen desata un esperpéntico torbellino de acontecimientos con el llamado proceso catalán de trasfondo.
Policía, justicia y clase política se ven envueltos en un lío como la recientemente clausurada plaza de toros de Barcelona: monumental. En este escenario se desarrollará la investigación que realizan en paralelo la policía nacional y los mossos d’esquadra para esclarecer los hechos y averiguar la identidad del asesino y sus motivaciones.
Si hay algo que destacar de la novela de Jose María Pont, Banderillas negras, es que es una novela irreverente como bien anuncia su cubierta. Escrita en clave de humor parodia la política catalana y española a partes iguales con un toque de ironía único, aderezado y bien regado de humor negro.
Veamos que nos cuenta el autor.
¿Como se le ocurrió esta sátira irreverente?
¿Sátira irreverente? Tal como están las cosas allá en las alturas donde se hace política no sé yo si en breve me la catalogarán más bien como novela histórica… Pero respondiendo a la pregunta, la idea surgió a la salida de la última corrida en la Monumental de Barcelona. Nos estaban quitando algo a muchos por la imposición de unos pocos que, abusando de su posición, impusieron su ley para fomentar una causa que nada tenía que ver con la bondad o maldad del arte taurino. Me sublevó tal perversión de la realidad.
Un presidente llamado “Alonso Quijano” (Don Quijote) ¿Quería Provocar?
La intención nunca fue provocar sino más bien comparar. Es decir, procuré un símil entre los nobles valores que encarnaban los protagonistas en los libros de caballería (que tan bien adoptó el personaje de Cervantes) y los puros propósitos con que desarrollan sus carreras nuestros políticos de ayer y de hoy. No cuela ¿verdad? no me extraña, a mí tampoco, por más que se empeñen durante las campañas en aparecer cual novelescos caballeros andantes prestos a defender a los más débiles. Por eso le puse al presidente el nombre de Alonso Quijano.
“El presidente Alonso Quijano: Los recortes son para los ciudadanos, se lo tengo dicho” [Pág. 45]
Una secretaria llamada “Encarna Sánchez” ¿Más provocación?
Encarna Sánchez es fácil de asociar por reconocible a determinadas actitudes y me funcionaba bien para lo que pretendí, aunque nada tiene que ver el personaje de mi novela con el histórico.
¿Se merecen todos nuestros políticos banderillas negras?
No conozco a ningún político lo suficiente como para pronunciarme. Aunque, como colectivo incapaz de reformar las instituciones, adaptarlas a las necesidades de hoy, reprimir a tiempo y con forma a sus propios chorizos, respetar la independencia judicial, ser honestos con las inversiones que comprometen, pensar más allá de la próxima cita electoral, por ejemplo, sí merecen esas banderillas (en sentido figurado y novelesco, por supuesto) La política no es un juego ni deporte, no se trata de ganar o perder sino de asumir la responsabilidad que el pueblo te confía al darte su voto mientras te lo dé y ejercerla para lo que te lo dio: dejar una sociedad mejor que la que te encontraste cuando te vayas.
Uno de los puntos culminantes es la reunión que mantiene el presidente de BANKITA, Pifarré, y el president Borrell para tratar de “asuntos menores que no hallarán ninguna oposición”. “Se trata del Nuevo Decreto de Preferentes de Obligado Cumplimiento y Aprovechamiento para Impositores”. [Pág. 138]
“…una medida muy necesaria para que los ciudadanos pudieran absorber nuestras pérdidas. En caso contrario, habríamos puesto en peligro la estabilidad financiera del país”. [Pág. 139]
Hay muchas cosas interesantes en la novela, pero se las dejo para cuando la lean. Banderillas negras es una novela en la que se combinan la alta política tanto nacional como del govern catalán, las investigaciones que van llevando tanto la policía nacional como los mossos d’esquadra y las actuaciones de un asesino muy particular y muy dolido.
Si no fuera porque es tremendo diría que es como la política misma. Me he sonreído con la novela y no se me ha hecho pesada.
Como dice la cubierta: una novela irreverente para este tiempo canicular.
Jose María Pont
El autor:
Jose María Pont Viladomiu ha caído en el mundo editorial por un cúmulo de errores. Cuando su principal interés eran las mujeres y la música de Frank Zappa, las presiones familiares lo empujaron a estudiar empresariales. Su ambición era desarrollar una nueva corriente filosófica bajo la palmera de una isla caribeña pero acabó trabajando para empresas multinacionales. Contra su voluntad ha ido ascendiendo en la escalera corporativa (precipitándose por ella, en sus propias palabras) hasta convertirse en un importante directivo. Ante tamaño despropósito se refugió en la escritura.
Es autor del impublicable volumen Venid a meter las narices, una ácida sátira sobre el boom del ladrillo. Ahora salta al ruedo editorial con un thriller tan esperpéntico como la realidad en la que se inserta.
El libro:
Banderillas negras ha sido editado por la Editorial Kailas en su Colección Ficción. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 240 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo en el que el autor habla de su obra.