La restauración de los llamados Baños de Tenerías terminó hacia 2002.
Pero, en los mismos rodaderos del Tajo, extramuros, en el barrio de las tenerías o de los curtidores, a los pies de la iglesia de San Sebastián (antigua mezquita), al norte del molino de San Sebastián, en el fuerte desnivel de la Cornisa, hay otros restos.
El abogado toledano Pablo Corrales adquirió esos terrenos a mediados del siglo XX, y en ellos construyó su vivienda.
Junto a la gran casa, en la plaza de los Molinos de San Sebastián, se encuentran unas bóvedas ruinosas bien visibles desde muchos puntos: desde la otra orilla del río, desde lo alto de la calle de Carreras de San Sebastián, desde el camino de los Molinos de San Sebastián...
Son otros baños árabes, situados un poco más abajo que los de Tenerías y mejor conservados que éstos, pese a su estado de absoluto abandono.
Son los Baños de San Sebastián o de Yuso.
Lugar donde algún estudioso ha ubicado la mítica clepsidra de Al Mamun.
Tanto estos baños como los de Suso dependían de escorrentías de agua de la vertiente Sur.
El agua que se utilizara en los baños de Yuso vendría del manantial que hay en una parte de esta finca.
Hasta hace unos años se conservaba aún una canalización de agua, en un área hoy destruida.
Por lo demás, poca información hay sobre estos baños que fueron frecuentados, al parecer, por gente de clase alta. El mármol del suelo puede ser prueba de ello.
También fueron utilizados por los judíos siglos después.
Su arquitectura responde al modelo toledano del siglo XI: Salas abovedadas contiguas, correspondientes a las estancias de agua fría, templada y caliente.
Sus dependencias han sido empleadas durante décadas como habitáculo, como escombrera, como establo para caballos y lugar para la cría de cerdos.
La penetración de agua las ha ido debilitando.
En el año 2004, Pablo Corrales y el Consorcio de Toledo firmaron un convenio sobre el cual se elaboró un proyecto de rehabilitación.
Se calculó un presupuesto de 400.000 euros:
100.000 para la excavación arqueológica,
150.000 para la reconstrucción parcial de elementos desaparecidos,
150.000 para la restauración de la muralla, el trazado de caminos y pasarelas y la señalización.
Nada de esto se ha hecho. Pasó el tiempo suficiente para que el propietario recuperara el pleno dominio del lugar.
En un informe, el Consorcio explicaba que no había podido continuar la investigación debido a la negativa del dueño a permitir el paso.
Corrales respondía que era cierto que no dejaba entrar a personal del organismo, porque no se cumplieron los acuerdos alcanzados.
Sin embargo, el abogado sigue interesado en ceder las ruinas a la ciudad y no entiende la dejadez del Ayuntamiento.
En el verano de 2007 Pablo Corrales derribó un viejo edificio situado en sus terrenos, con la intención de construir en ese espacio.
Como es obligatorio en el casco de Toledo, antes de construir hubo que practicar catas arqueológicas.
Y entonces se descubrieron, junto a los baños, cerca del río, los restos de unas tenerías árabes que se dedicaron al curtido y teñido de pieles.
Se trataba de un hallazgo espectacular:
La “fábrica” medieval de curtidos y tintes más antigua, más grande y mejor conservada de toda España.
Casi un kilómetro cuadrado de terreno en el que se puede apreciar cómo era la “industria” del curtido y el tinte de pieles que comenzó a desarrollarse en la época islámica.
Esta industria tintorera fue clausurada en el siglo XVII, pero conserva construcciones que se remontan hasta el siglo XII.
Seguramente la fábrica se instaló bajo los baños para aprovechar alguna de sus estructuras.
Se tenía noticia de su existencia, pero se desconocía su calibre.
El estado de los distintos elementos es excelente. Se han encontrado 18 tinajas, 54 cubetas de piedra, varios hornos y pasillos interiores, trozos de piezas cerámicas, restos óseos e incluso rastros de cuero y pelambre.
Aquí se les quitaban las pieles a corderos y cabras. Después se procedía a su tratamiento (limpieza, curtido, engrasado, teñido y secado) a base de ácidos, cales y colorantes, de los que, tantos siglos después, aún se han encontrado vestigios.
El agua necesaria provenía de los manantiales situados junto a los baños.
Tras el descubrimiento, se valló el recinto y en agosto los arqueólogos emprendieron sus trabajos.
Pero, al cabo de unas semanas, surgieron nuevos desencuentros entre las instancias oficiales y el propietario.
En octubre Pablo continuaba las labores por su cuenta, con la ayuda de una arqueóloga francesa.No permitía la entrada a los representantes del Consorcio.
En mayo de 2008 la Consejería de Cultura de Castilla - La Mancha inició el proceso necesario para la declaración de estas tenerías y los baños colindantes como “Bien de Interés Cultural” con categoría de “Monumento”, por lo que gozarán de protección y no podrá construirse a su alrededor.
En julio se publicaba en el Diario Oficial la resolución de la Dirección de Patrimonio por la que se incoaba el expediente preceptivo.
Pese a ello, a comienzos de 2010 todo el conjunto seguía deteriorándose. Las pilas de las tenerías estaban cubiertas por la maleza y la basura. Los arcos de los baños habían sido apuntalados para evitar derrumbes.
En el verano de ese año, parecía que el Consorcio y el propietario habían llegado a un nuevo acuerdo:La cesión, por parte de Corrales, de los terrenos, por un periodo de 30 años, para que el Consorcio rehabilite el conjunto arqueológico.
Sin embargo, pese a las noticias dadas por el Ayuntamiento, la situación no ha variado.
Se desconoce cuál es al presente la situación legal de los solares. Las valiosas ruinas siguen abandonadas...
Publicado por Caminante http://buscandomontsalvatge.blogspot.com.es/2013/06/toledo-banos-de-yuso-o-de-san-sebastian.html
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