Querida pequeña bestia:
Hay cosas que tengo que enseñarte desde esta tierna edad para que luego no me vengas diciendo que te he timado. Los padres conocemos muy bien a Papá Noel y a los Reyes Magos. Sabemos perfectamente lo que pasará por tu mente cuando seas adolescente y desees con todas tus fuerzas haber nacido en otra familia para que tus padres fueran otros cualesquiera menos éstos. También sabemos que esos viajes con los “amigos” los realizarás con el novio, eso sí tomándote miles de fotos con extraños para contarnos historias de su amistad de toda la vida.
Los padres lo sabemos todo. Por eso nacimos antes para tomar experiencia.
Ahora bien, un clásico que se aprende de mayor y que por eso he decidido contarte, es la necesidad imperante de tener un baño propio.
Tú no entenderás la valía de contar con un cuarto de baño propio por que seguramente te tocará compartir con tus 7 hermanas, pelearte por que tienes que ir urgentemente a miccionar o por que tu chico te está esperando para ir de tapas y tu hermana se ha encerrado dentro sólo por molestarte. Esto es ley de vida.
Sin embargo, cuando te cases, cuando construyas tu casa- por que para ese entonces habrá chollos, los bancos volverán a prestar dinero, no te acordarás de la horrible Prima de Riesgo y la Prima Oportunidad será la mona; sé de cierto que tendrás una casa hermosa. Por esto mismo, no dudes en hacer un baño para tus hijos, un baño para tu marido y un baño para ti.
Dirás que soy ridícula. Lo mismo pensaba yo cuando entraba en casa de mihermano (lo siento bro) y veía que mi cuñada tenía un súper baño con tina romana, con tres espejos- cuerpo entero, medio cuerpo y el de aumento- y mi hermanito tan sólo un lavabo, una ducha y un W.C. de lo más escueto, solitario y pequeñico. Yo pensaba que era injusto. Pobre de mihermano.
Sin embargo, después de un crucero por el Mediterráneo, he comprobado que los sexos opuestos deben de tener baños separados en casa propia. Tal cual como sucede en restaurantes, comercios y lugares ajenos al hogar. Lo injusto es lo contrario.
Me explico:
La mujer se tarda mucho en ducharse, rasurarse, pintarse el ojo derecho, el izquierdo, la línea, el rímel, rizar las pestañas pero para las cuestiones prácticas de interés pesado, la mujer va a lo que va. Aunque seamos chicas All Bran- la mujer va a soltar su imaginación en un momentico y listo. Somos expertas en camuflar olores, echamos Oust, perfume o Nenuco- lo que haya mas a mano y sea mas barato oiga.
Los hombres no.
Los hombres firman con rotulador amarillo su presencia viril. Cuando tienen que hacer obras de arte deciden que es la hora perfecta para leerse esa novela histórica de 500 hojas con lo cual el olor se vuelve recalcitrante empañando hasta los espejos. Jamás de los jamases sabrán para que sirve una escobilla. Debido a esto, podremos encontrar un auténtico Pollock en nuestro WC con pinceladas color negro, marrón o amarillo según lo digerido en cuestión.
No obstante, el peor trago no es ni el del olor ni el del dibujo firmado que podemos encontrar. Lo peor es el mal trago de no encontrar papel de baño.
Las mujeres siempre estamos pendientes de que aunque queden 4 cuadritos mas vale poner uno nuevo. Mejor que sobre a que falte. Le hacemos hasta decorines para que nuestro hogar parezca tan acogedor como un hotel.
El hombre deja el rollo de cartón. Es una manifestación de “lo he dado todo”.
Imagínese usted la cara de no hay papel. Gritar como enajenada: -”Miamorrrrrr no hay papel” y recibir como respuesta el silencio.
Intentar explicarle a tu hija de 14 meses que vaya y te traiga del armario un rollo de papel de baño es un poco difícil. Por mas lenguaje de señas que tenga dominado. Ante tanta señal, gritos y gestos mi perro Torro se me queda viendo extrañado, gira la cabeza a un lado, luego al otro y luego la pone entre sus piernecitas dándose por vencido por no entender mis ladridos.
¿Uno que hace?
Desde aquí hago un llamado. Si alguien se puede apiadar de mi y lanzarle un whatsapp a mi marido- es gratis ya los saben- diciéndole que me urge que vuelva a casa se lo agradeceré de por vida. No hay papel en el baño, en nuestro baño. Si fuese sólo mío no estuviera pidiendo auxilio de esta manera tan desesperada.