Baquiano y occiso, dos palabras que desconocía, y que descubro leyendo El secreto de Marcial, una novela argentina del argentino Jorge Fernández Díaz. Junto a ellas, otras como metejón o biblioratos.
Me quedo con baquiano, un concepto espectacular. Mi padre era un baquiano sanabrés.
Y la novela magnífica, la relación entre un padre y su hijo, el cine y la historia universal de las migraciones y las identidades plurales.