Revista Opinión
El pasado 27 de octubre se formuló por la mesa de contratación nueva propuesta de adjudicación para la redacción del plan director de la rehabilitación de la muralla de Cáceres. La propuesta contempla una oferta de 127.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses.
Es el segundo equipo técnico designado para la redacción del citado plan director; la primera fue el pasado 8 de agosto, por 146.941 euros y mismo plazo de ejecución, una vez excluidas seis empresas en base a un informe técnico del Servicio de Obras y Proyectos del Patrimonio Histórico Artístico de la Junta de Extremadura, por incurrir en una presunta baja temeraria al plantear ofertas económicas muy inferiores al presupuesto base de licitación, considerando que estas ofertas no podían ser cumplidas como consecuencia de la inclusión de “valores anormales”.
Dos empresas afectadas recurrieron en reposición y el Tribunal Administrativo Central ordenó retrotraer las actuaciones para volver a puntuar a las siete propuestas presentadas. Al valorar nuevamente, la mesa de contratación formuló una nueva propuesta de adjudicación a Fraile Arquitecto, que ofertó una rebaja del 45,12%, y cuyo responsable declaró que lo pueden hacer por ese precio y que una baja de entre el 35% y el 40% es habitual en los concursos.
¿en manos de quién estamos? Precipitado sería responder que en manos de ocurrentes y nada cualificados gestores públicos.
Me explico, si la base de licitación del concurso era de 231.404,96 €, debemos suponer que era un precio técnicamente bien calculado en función del trabajo a desarrollar. Si el adjudicatario definitivo ha hecho una baja de un 45,12%, llama poderosamente la atención tal bajada de precio, y la primera pregunta que te haces es ¿tan alejados están los técnicos que han calculado los honorarios?, mi primera impresión es que no.
Mi reflexión iría encaminada a pensar que lo que falla es un sistema que permite tal disparate, en el que se prima el precio más bajo por encima de la calidad del trabajo. Y me sigo preguntando, ¿tan complicado sería que las propuestas para desarrollar dicho trabajo estimen como prioritario la calidad en lugar de lo barato?, en definitiva que estén a la altura de las exigencias de calidad de nuestro casco histórico en lugar de un premio al que menos cobre, y no estoy diciendo que el ganador de este concurso sea excelente ni paupérrimo, lo que si es nefasto es este sistema de contratación.
¿Tan difícil es convocar un concurso internacional, elegir un jurado de prestigio con participación de las instituciones afectadas, exponer los trabajos presentados, explicárselos a los ciudadanos y elegir el mejor para nuestra ciudad?. Este proceso requeriría de seis u ocho meses, durante los cuales, sabiéndolo hacer, se estaría dando a conocer Cáceres al mundo, las cacereñas y los cacereños sabríamos que se cuece en nuestra ciudad, y se estaría incentivando la motivación ciudadana.
En definitiva estaríamos fomentando varios elementos: participación ciudadana, calidad de futuro para nuestra ciudad, búsqueda de la excelencia y transparencia total y absoluta de todo el proceso.
¿No nos merecemos los cacereños un trabajo de máxima calidad para nuestro patrimonio histórico?, parece ser que para algunos no, y que apuestan por el playero barato, barato, barato. Yo estoy en la convicción que para la mayoría de mis conciudadanos la respuesta sería un si rotundo por lo mejor.
No puedo por menos que sentir una profunda frustración y rabia por la inacción de nuestros gestores públicos ante tan inseguro y especulativo sistema de contratación; Y es que el cambio debe empezar por algo no incluido en el plan antisobornos propuesto por Monago: un cambio en los pliegos de la contratación pública, donde la mayor puntuación se adjudique a las mejores oferta y propuesta técnica y no a la baja económica, además de plantear proyectos realmente ejecutables (como se realiza en el resto de Europa) donde no se juegue con la picaresca de posteriores modificados y/o complementarios que alteran el precio inicialmente pactado.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/barato-barato-barato_839241.html