Santa Wilgefortis. Praga.
Es este uno de los cultos más estrafalarios que podemos conocer, tal vez solo comparable con el culto político-religioso a San Napoleón (15 de agosto).La leyenda:
Vivió esta virgen en el siglo II, fue de la actual tierra de Portugal, e hija de un rey. Se convirtió a la fe de Cristo a escondidas e hizo un voto de virginidad. Cuando llegó a la edad casadera el rey de Sicilia pidió su mano para su hijo, y el padre de Wilgefortis aceptó. Pero he aquí que encontró la negativa rotunda de su hija, que se declaró cristiana. Entonces su padre la encerró en un calabozo para que reflexionara. En la prisión Wilgefortis pidió a Cristo la ayudara a cumplir su voto, afeándola para que ningún hombre se le acercara. Y he aquí que Cristo hizo brotar en su rostro una espesa barba negra que habría sido la envidia de un leñador. Cuando su padre fue a la cárcel y la halló así, "inservible" para el matrimonio, mandó fuera crucificada como el Cristo al que Wilgefortis adoraba.La historia, el culto y las investigaciones.
A pesar de lo grotesco de la anterior leyenda, el culto de Wilgerfortis fue bastante fuerte en algunas zonas de la Europa medieval, especialmente Alemania y los Países Bajos, aunque también llegó a Inglaterra. Este culto irrumpió en el siglo XIII a la par de la anterior leyenda. Y su origen fue un error: los peregrinos y migrantes provenientes de Italia importaron la devoción al "Volto Santo de Lucca", una representación de Cristo Crucificado del que se decía representaba la auténtica fisonomía de Jesús. Pero este Cristo viste de túnica larga, y por ello en Centroeuropa fue tenido como una representación femenina."Volto Santo" de Lucca.
Cristo Patiens que do pie a la leyenda.
El culto a la "santa" creció más aún luego de un supuesto milagro, constantemente repetido en su iconografía: Un violinista tocó ante su imagen y esta le dejó caer un zapato cuajado de piedras preciosas, por lo que el músico fue acusado de robo y condenado a muerte por sacrilegio. Pidió la gracia de tocar de nuevo delante de la imagen, que corroborando su inocencia, se descalzó del otro zapato, arrojándoselo, en presencia de todo el pueblo. En fin... muy bonito, pero legendario.
Se le invocaba especialmente contra las enfermedades de la piel y acudían a ella las mujeres casadas, según testimonio de Santo Tomás Moro (22 de junio), quien con su fina ironía se burla de aquel culto extraño que se promovía desde la abadía de Westminster. En Steenbergen, Brabante, también hubo un fuerte culto a Wilgefortis, del que quedan testimonios de exvotos de peregrinos y agraciados con milagros. El Concilio de Trento dio un golpe al culto de Santa Wilgefortis, por infundado e inapropiado, pero aun así algunas imágenes suyas permanecen en algunas iglesias. Impresiona una en Praga, con pelos de verdad en la barba y vestido principesco.
A Wilgefortis también se le conoce como Débarras, Onkummer, Hilfe, Kümmernis, o Librada, aunque esta parte de la leyenda, que la confunde con Santa Librada (18 de enero y 20 de julio) también tiene miga, pues ha perjudicado el culto a la mártir española, confundiéndola para siempre con la barbada Wilgefortis. El error nació en el siglo XVI, y se extendió por obra del P. Higuera, hagiógrafo sin muchos escrúpulos a la hora de inventarse detalles en las vidas de los santos. Asoció a ambas santas y fundió sus leyendas sin el más mínimo criterio ni siguiendo tradición alguna, sino tomando el añadido que Molano hizo al martirologio de Usuardo: "Item Santæ Wilgefortis Virginis et Martyris, filiae Regis Portugaliæ, quam nonnulli latine Liberatam, theutonice autem Ontcomeram agnominant". Hizo Molano una mezcla, pensando que el nombre latino de Wilgefortis era Liberata, así como el alemán era Onkummer. Pero no significan lo mismo, ni pueden traducirse igual.
Santa Wilgefortis y el violinista.
Este error caló en el culto de Santa Librada hasta el punto de que el leccionario del siglo XVII de Siguenza, ciudad donde Librada fue siempre veneradísima, dice "Wilgeforte o Librada", poniendo el nombre de Wilgefortis como el principal. Igualmente la iconografía consagró el martirio de Librada en la cruz, cuando fue por degollamiento. Y así hasta hoy, aún se cree es la misma. Y aunque sus leyendas se parecen en cuanto a la región (Galicia una, Portugal otra), y a que el padre las mató por rechazar un matrimonio, ya vimos que el origen de la leyenda de Wilgefortis es otro.Pero si la leyenda es extraña, la confusión curiosa y el culto asombroso, lo más raro es que hoy en día el interés por Wilgefortis parece crecer. Incluso se le ha proclamado "vox populi" como patrona contra la anorexia, haciéndola una santa real, a la que esta enfermedad le habría hecho crecer la barba. Que sí, que desajustes hormonales pueden hacer salir vellos faciales a una mujer (vémoslo en las llamadas transexuales, a base de desajustar sus hormonas, tienen barba). Pero no es el caso de Wilgefortis, de la que sabemos sin duda que es solo un error con el Volto Santo de Lucca.
Fuentes:
-"The Oxford Dictionary of Saints". DAVID HUGH FARMER. Oxford, 1998.-http://preguntasantoral.blogia.com
-"Westminster Abbey". FREDERIC WILLIAM FARRAR. Londres, 1828.
A 20 de julio además se celebra a:
Santa Librada,
virgen y mártir.
San Elías, Profeta.
San Vulmar, abad.