Bárbara de Regil es una actriz e influencer mexicana que cada día que pasa se parece más a un travesti feo y viejo mal operado.
Debutó en la televisión en la telenovela Bajo el alma y otros papeles menores. Se dio a conocer mundialmente con su personaje de Rosario en la adaptación mexicana de la serie colombiana Rosario Tijeras.
Pero después de eso, poca cosa en la actuación. El personaje de Rosario Tijeras le hizo daño el papel que desempeñaba de narco-matona y las neuronas se le dañaron de tanta violencia y cada día se fue haciéndose más diva.
Empezó a comer pan integral exclusivamente, lo que le llevó a pegar a su madre, a su marido y a sus compañeros de rodaje. Luego fue a peor y mostró que era una homófoba y a decir que era la nueva Jesucrista y que sus manos curaban el cáncer.
Viendo que su carrera de actriz se iba a la chingada, se hizo influencer.
El problema es que no creaba contenidos interesantes y no aportaba nada.
Se transplantó los abdominales de un indigente, aspiró su grasa con una succionadora industrial y hacía rutinas de ejercicio en la plandemia pandemia.
Sacaba frases de Internet de autoayuda y motivación y ponía a sus bots seguidores a brincotear. También les trataba de vender una proteína llamada Loving It que no servía para nada. El nutriólogo Aries Terrón lo evidenció y lo acusó de machista acosador.
Tras varios escándalos, comenzó a perder popularidad y seguidores en Instagram, por lo que pronto desaparecerá del panorama y se dedicará a fregar suelos, al aerosol de limón y al limpia pino.