Revista Deportes
El primer domingo de Noviembre pude disfrutar de una de las jornadas de pesca mas entretenidas del año junto a los hermanos Molina. Me comentaron que si quería pescar barbos gitanos y mi respuesta fue que si, hacia muchísimo tiempo que no me encontraba con esta especie y siempre es una gozada tener a uno al otro lado de la linea.
Me comentaron como se encontraban por lo que elegimos equipos de pesca Ultra Light, lo que haría que la diversión fuera máxima. Las características del equipo eran la siguientes: caña ultra light 3-7gr spinning, carrete tamaño 1000, linea Asari Masaru Round 0.09mm y cabeza plomada de 3gr + absolut minnow 100 al que le corté un par de centímetros por la cabeza para que el montaje quedase más compacto.
Los barbos se encontraban a 15m de profundidad debajo de los bancos de alburnos y hasta que el señuelo alcanzaba dicha profundidad, la espera se hacia eterna. Eso si, cuando llegabas a su zona, te enterabas rápido, no paraban de darle picotazos hasta que clavabas uno y la lucha parecía más propia de un pez marino, como si estuviera luchando sierras hasta tal punto que la musculatura que sujeta la caña se empezaba a agotar ya que la mezcla de un equipo tan ligero con un pez tan potente prolonga la lucha bastante y nos desgasta muchísimo por la tensión, el esfuerzo y la duración.
Fue un día en el que lo pasamos genial y en el que entre barbos y barbo también dedicamos algunos lances al bass o los pillábamos en las mismas zonas que los barbos y viceversa, en algunos lances destinados a basses, quienes se prendían del anzuelos eran los ciprinidos.