Revista Viajes
Al igual que Londres, Barcelona es una ciudad que he visitado en numerosas ocasiones por lo que voy a hacer una breve guía sobre algunas de las zonas y lugares más emblemáticos de la ciudad condal.
LAS RAMBLAS
Esta avenida de 1,3 km que conecta la Plaza de Catalunya con el antiguo puerto es de uno de los lugares más bulliciosos y animados de la ciudad. Si uno se sienta en alguno de sus bancos seguro que podrá ver desfilar a gente de todo tipo de nacionalidades ya que es uno de los lugares favoritos de los turistas. Cuenta con un sin fin de puestecitos de flores, recuerdos y artesanía. Recuerdo que cuando era pequeña también había numerosos puestos de pájaros, conejos, peces... pero la nueva normativa de protección de animales ya no permite la venta de animales en este lugar. En mi última visita sólo vi uno, que imagino que contaría con un permiso especial.
El recorrido clásico para recorrerlas
consiste en empezar en la plaza de Catalunya e ir bajando hasta el mirador de Colón. Nada más empezar el primer tramo (rambla de Canaletes) se puede ver la fuente de Canaletes que es el lugar donde se reúnen los culés para celebrar las victorias del Barça. Esta fuente también es famosa por la leyenda que cuenta que quien beba de ella seguro que regresa a la ciudad.
Siguiendo hacia abajo, a mano derecha se encuentra el Palau de la Virreina (rambla de Sant Josep), uno de los centros de exposiciones más importantes de la ciudad. Justo al lado está una de las tiendas de música más antiguas y emblemáticas de la ciudad, la casa Beethoven. Más que una tienda parece casi un museo.
Un poquito más abajo y de nuevo a la derecha, está el famoso Mercado de Sant Josep o la Boquería. A parte de ser una atracción más para los turistas, cuenta con el privilegio de ser uno de los mejores mercados de Europa. Adentrarse por sus abarrotados pasillos es todo un placer para los sentidos. En ningún otro lugar, las frutas y las verduras lucen tan bien como en la boquería. Los puestos de la entrada y los centrales, llenos de vasitos de zumos de todos los colores y de frutas troceades, son los más frecuentados por los turistas, pero merece la pena recorrerlo en su totalidad para contemplar la variedad de comercios que hay. Sin duda, el recuerdo que se le queda a uno al visitar este mercado es el gusto y cuidado con el que los tenderos disponen su género. Hasta el puesto más pequeño está impecable. Una buena opción es hacer un descanso mientras se toma una tapa en uno de sus pequeños y encantadores barecillos.
Bajando unos cuantos metros más se halla el teatro más importante de la ciudad, el Gran Teatro del Liceo. http://www.liceubarcelona.cat/es.html Desde 1847 ha sido escenario de las más prestigiosas óperas interpretadas por los mejores músicos y cantantes del mundo. Se ofrece dos tipos de visitas, una de algo más de una hora (11euros) y otra de unos veinte minutos (5,50 euros). Aunque la mejor opción, evidentemente, es ir a una representación. Para los menos afortunados, les recomiendo, al menos, que entren en la tienda del teatro, no tiene desperdicio.
A unos 150 metros, en la calle Nou de la Rambla está el Palau Güell. Este edificio, construido por Gaudí entre 1885 y 1890, fue la residencia particular para la familia Güell y se conserva prácticamente tal y como el artista lo completó. En reconocimiento a su valor universal como pieza clave de la renovación arquitectónica fue declarado 1984 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Una de las zonas más singulares de edificio es es la azotea dotoada con unas vistosas y coloridas chimeneas.
Algo que me gustó de la visita es que cada 30 minutos se escucha una pieza musical interpretada por el órgano del Palacio mediante un sistema llamado replay. Este sistema permite que las teclas se accionen de manera autónoma sin que haya ninguna persona tocando.
La entrada al palacio cuesta 12 euros (incluye el audioguia). A mi me mereció la pena. http://palauguell.cat/
Las ramblas terminan en el famoso mirador de Colón (cerrado temporalmente por reformas).
BARRIO GÓTICO
Próximamente en la maletita