Barcelona con casco.

Para circular por Barcelona en moto y bici debe usarse casco, pero si la seguridad en la ciudad empeora todavía más, en vez de mejorar, hará falta casco incluso para pasearse a pie, para evitar que le abran a uno la cabeza.

Entre la semana pasada y el lunes de esta ha habido un asesinato a tiros, una importante miembro del gobierno surcoreano muerta al ser arrastrada por unos mal nacidos que querían robarle el bolso, la habitación de una familia de Quatar saqueada, una chica violada en la playa del Somorrostro, un turista herido de varios navajazos para robarle, un padre cosido a navajazos por defender a su hija, aparte, por supuesto la habitual multitud de turistas y locales agredidos por delincuentes.

Ciudad y delincuencia han ido siempre juntas, pero el aumento de graves delitos en Barcelona no es normal y tiene varias razones. He repetido multitud de veces que este país no tiene memoria. Si la tuviésemos recordaríamos que una de las razones es que una de las primeras medidas que tomo Ada Colau cuando ocupó la alcaldía fue ordenar a la Guardia Urbana reducir la agresividad policial incluso en lo referido a multas y sanciones. Eso sí, cuando la inseguridad en Barcelona alcanza niveles muy preocupantes como los de esta semana Colau convoca a la Junta de Seguridad para poder decir que toda la culpa es de la Generalitat.

El problema ha generado un debate sobre la relación entre aumento de delincuencia e inmigración. Por supuesto que con la inmigración ha aumentado sustancialmente la delincuencia, pero la responsabilidad no es de los inmigrantes sino del desastre de la Administración Pública española. En ciudades de países serios y suficientemente bien organizados, que además reciben mucha más inmigración que España, como Londres o Paris también han sufrido un repunte en delitos con la inmigración, pero han evitado que se transformase en inmenso problema gracias a una policía eficaz y una Justicia competente. Si entre la fecha de la detención de un delincuente y su condena por el juez pasan semanas o como máximo meses, el problema es controlable, cuando pasan años, y encima muchos de los procesados los pasan en libertad, y las penas son ridículas, no hay quien pueda solucionar el problema.

En el Reino Unido durante años se deportaba a cualquier inmigrante que cometiese delitos en número tal que se le pudiese calificar como delincuente habitual, hasta que la U.E. cometió la estupidez de prohibirlo (Por cierto, esta fue una de las principales razones que usaron los partidarios del Brexit).  Otra buena razón para calificar a la U.E. como la Unión Estúpida porque los mismos que persiguen a quienes rescatan náufragos que se están ahogando en el Mediterráneo, si el inmigrante sobrevive y llega a Europa, si es un delincuente, por más delitos que cometa no se le puede deportar.