El miércoles 4 de Septiembre, quedamos con Clara J y una amiga suya para hacer el track. La verdad es que nos lo pasamos muy bien, disfrutamos del recorrido, y a parte de las 3 rampas seguidas durante 700 metros, vimos que el recorrido era bastante asequible. Hicimos un tiempo de 1h 33min 20seg.
Y llegó el día de la carrera. Era una carrera que tenía muchas ganas de hacer por varias razones: era mi primera trail nocturna, era por el parque de Collserola y dónde también corrían, por una parte Clara con quién ya compartí la carrera del Miner de Ferro, y con mi mejor amigo del colegio, Pol. Con Pol retomamos de nuevo el contacto hace muy poco gracias al trail y nos íbamos a ver después de muchos años.
Eran las 19.30h y cogí la moto para ir hasta el parque de atracciones del Tibidabo, donde tenía lugar la salida y llegada. Llegué a las 20h, justo hora y media antes de la carrera para tomarme mi bocadillo de jamón en dulce de 6 raciones.
Tomando mis raciones pre-carrera!
Empezaba a oscurecer y los nervios crecían un poquito dentro de mi estómago. Me encontré con Pol, Clara y Mireia (la amiga de Clara con quién ya hicimos el track) y estuvimos un rato hablando antes de la salida.
Con Pol
Con Mireia y Clara
La salida se hacia en 2 tandas de 500 personas, con una diferencia de 10 minutos. Todos teníamos dorsal para salir en la primera tanda excepto Clara que se coló ya que no quería hacer la carrera sola!Encendimos los frontales (azúcar en 191 mg/dl) , 3, 2, 1... Pam! Sale todo el mundo escopeteado. Pol ya se había colocado en las primeras líneas y ya no lo vi en toda la carrera. Nosotros nos habíamos colocado en el medio del grupo y tuvimos que esperar un rato para salir. Sabía que en el segundo quilómetro, se entraba en el único pequeño senderillo y que ahí se iba a formar una buena cola si no me ponía las pilas antes de llegar ahí. Así que me apreté la mochila y empecé a tirar y a pasar por dónde podía. Había muchísima gente y la pista no era muy ancha, pero más o menos se podía avanzar. Adelanté a bastante gente antes de llegar al sendero. Era un sendero de unos 700 metros, casi todo en bajada. Era casi imposible avanzar, y menos de noche... Así que con calma y paciencia fuimos bajando y me fue bien para recuperar esos dos primeros quilómetros que apreté. Al final del sendero subimos unos metros por la carretera y ya tomamos la famosa Carretera de las Aigües (es como la Rambla Catalunya, ancha y llena de gente, pero en la montaña). Ahí nos esperaban unos 5Km de pista con bajadas y rectas. La vista era preciosa. Se veía toda Barcelona iluminada a tus pies. De golpe, me di cuenta que cada vez veía menos y menos. Todo el polvo que levantábamos al correr se me pegaba a las gafas! Me las tuve que limpiar millones de veces durante la carrera!! Seguíamos en esa pista, me encontraba bien, tomándome mis pastillas de azúcar cada tres quilómetros, pero me daba cuenta que estaba yendo más rápido que nunca. A los siete y pico miré y estaba yendo de media por debajo de los cinco minutos el quilómetro. Nunca había ido por debajo de los cinco minutos durante 7 quilómetros! Por una parte me alegré, pero por otra pensé que me podía pasar factura... Pero como tenía el recuerdo de que era asequible, seguí tirando. Llegamos a la parte más bonita de la carrera, paré de correr, saqué mi zumo de piña y empecé a andar a buen ritmo. De primero, una buena rampa de asfalto.. a cada paso que dabas aquello parecía levantarse cada vez más. De segundo, el plato fuerte, una escalera de 434 escalones. Y de postre, otra rampita de pista, hasta llegar a la torre de comunicaciones. No se cómo pero llegué bien arriba, incluso con ritmo para seguir tirando. A partir de allí ya no había muchos grupos y algunos metros los hacía en solitario. Era espectacular! Seguíamos bajando por pista hasta los once quilómetros. En los entrenos yo no recordaba ninguna pendiente de subida que mereciese ser recordada, a parte de las últimas tres curvas. De repente, recordé que durante el entreno un chico nos pasó y nos dijo que esa pista era un falso llano, aunque para mí fue un verdadero llano. Pues bien, el día de la carrera se convirtió en el llano más falso de mi vida! Supongo que al no recordarlo así aún fue más duro de lo que realmente era. Iba por el quilómetro doce y estaba pensando en empezar a andar ya que me dolían las dorsales, los isquios y no veía que ese maldito falso llano fuera a acabar pronto. Decidí desconectar mi cabeza y seguir tirando. Por suerte, llegamos de nuevo a la luz de las farolas, lo cual indicaba que quedaba menos de un quilómetro. Quería empezar a apretar y quemar mi último cartucho pero no lo encontraba por ninguna parte. Además, tenía que ser la primera carrera en la que nadie me iba a estar esperando en la recta final animándome, así que tampoco tenía ese aliciente extra para tirar un poco más. Finalmente, llegamos a las tres últimas curvas en subida antes de la meta. Iba en un grupo de tres. Ellos bajaron el ritmo pero mantuvieron la carrera, y yo volví a andar. Ahí un policía me gritó: No pares ahora! Que te queda nada y menos! Aprieta! Quería pero no podía. Aún así, llegamos a la primera curva los 3 juntos. En esa curva, una mujer que se dirigía al parque andando me gritó de nuevo: No puedes parar ahora! Tienes que darlo todo! Adelántalos! Y por suerte hizo que encontrara mi último cartucho por algún sitio. Adelanté a los 2 antes de la segunda curva, adelanté a un grupo de tres en la última curva y justo estaba adelantando a otro en la recta, cuando escucho: Vinga Àlex! Corre! Corre! Era mi madre chillando como siempre y animándome hasta el final. Resultado: 1h 22min 24seg!
No me lo esperaba y me hizo muchísima ilusión. Al cruzar la meta me encontré también con Emili, con quién estuvimos hablamos un poco de la carrera.
Con Emili a la llegada
Llegué KO pero con el azúcar perfecto: 86 mg/dl (suerte de ese zumo)! Mientras estaba ahí medio tirado llegaron Clara y Mireia, tan solo 5 minutos después (1h 27min 3seg). Están hechas unas campeonas!Después me encontré con Pol, que había hecho un tiempazo 1h 12min 45seg, con quién nos veremos de nuevo el 22 de Septiembre para la Cursa de Sant Miquel en nuestro pueblo, Molins de Rei.
Después de la carrera hubo una fiesta AFTER RUN, dónde comimos un poco, escuchamos música en directo y esperamos llevarnos algún regalo que no llegó...
Fiesta AFTER RUN
Antes de empezar la carrera, no me podía imaginar un final mejor . Me había propuesto hacerla por debajo de 1h 25min si me encontraba muy bien, pero durante la carrera, sobretodo en el segundo tramo, no lo veía nada claro. No esperar a nadie en la llegada y encontrarme a mi madre y Emili allí fue un pedazo de regalo! Poder compartir estas carreras con gente que has vuelto a encontrar en tu vida gracias al running, no tiene precio! Y si encima el azúcar te deja disfrutar y finalizar la carrera, es para tirar cohetes, así que yo los tiré y espero seguir tirándolos.