Nosotros lo llamabamos "ramblear", nuestro pasatiempo favorito era entreternos por la rambla donde siempre hay vida, no importa la hora del día o de la noche. La verdad es que es una ciudad a la que tengo mucho cariño y que siempre me trató muy bien.
Dejando Colón a nuestra espalda, puedes caminar mirando a todas partes ya que en cada rincón hay cosas que descubrir, a la derecha podemos parar a visitar el Museo de Cera y hacer una pausa en el Bosc de les Fades, una cafetería en cuyo interior te encontrarás un bosque, lleno de arboles, troncos y si tienes suerte puedes vivir una tormenta mientras tomas una copa o un café.Los caricaturistas invaden los lados de la rambla, salpicados de puestos de artesanía kioskos y flores.Un mundo muy cosmopolita con gente variopinta y de todas las nacionalidades que puedas imaginar, confluyen en las ramblas. Si te fijas bien, hacia la mitad de la rambla está la fuente de las Canaletas, lugar de celebraciones futbolísticas y de la que si bebes de ella, volverás a Barcelona (o eso cuenta la tradición).Llegamos a La Plaza Cataluña y el paisaje cambia, a la derecha puedes ir por Puerta del Angel y callejear por las tiendas, librerías y cómo no, pararte a picar algo y terminar la noche en la calle Colón.La vida en las ramblas, no para.Revista En Femenino
Todo aquel que visita Barcelona, debería hacer una visita a Las Ramblas y dejarse llevar por el ambiente que hay desde la estatua de Colón hasta Plaza Cataluña.