Fermín Ponce.La puerta si, esta puerta que para mí lo mismo que para muchos de nosotros a veces, podía ser un descanso. Bien pues me ingresaron en la enfermería no porque estuviese enfermo ahora pienso que era una forma de ponernos en cuarentena…No precisamente pero...Casi. Nos tenían unos días; creo que una semana al menos cuando yo estaba, esto sería para que nos fuéramos familiarizarnos con el entorno y sus costumbres y horarios. Como diría el Serrat. Estos días que me tuvieron en la enfermería no recuerdo casi nada, solo que tenía una habitación compartida con otro chico que estaba malo, se llamaba Carlos Jové. Con el tiempo supe que le decían perro pachón pues respiraba mucho por la boca ,tenía un hermano más mayor pero no sé el nombre. También puedo decir que la enfermería estaba llevada por las madres y no teníamos educadores. Por cierto me encariñe con la cocinera que a tendía los servicios y la comida de los enfermos. Me apreciaba pues su hijo se llamaba Juan y estaba internado pero la vida la hacía con su madre él no estaba en las familias lo mismo que todos nosotros vivía en la enfermería. Subiendo por la escalera mano izquierda llegábamos a las habitaciones primer piso, primero la cocina y luego dos salas una derecha y otra izquierda. En la izquierda es la que yo estoy y la derecha no… Las camas sin hacer y muy dejado solo se llenaba en verano con las dichosas vacunas, también tenía una habitación igual que la otra sala pero…Creo que allí ponían a los más enfermos yo tuve dos compañeros que estuvieron dentro y no los volví a ver más…Me hice amigo del primero, en la estancia que estuve la semana, luego lo visitaba cuando podía estaba muy mal y muy blanco parecía de cera tenía miedo y me daba mucha pena sabía que no saldría de esa… Lo comentaban los críos que estaba en la enfermería y lo visitaba para que mediera lo que él no se comía…es cierto, estaba solo sin nadie que lo visitara que pena señor. Aquí empieza la verdad de la Prote, pongo una foto para que puedan ver a mi derecha la puerta de la enfermería y a izquierda la puerta del basurero, y ventanas, el primer piso son las escuelas de pequeños y el segundo piso más grandes encima del basurero, los lavabos, J… que asco no pueden imaginar cómo estaban a veces la M... flotaba encima del agua y los orines, casi siempre estaban embozados, teníamos que bajar al primer piso.
Juro que no recuerdo mucho de la estancia en la enfermería solo sé que no estaba mal. Pongo una foto de la enfermería yo llegue a pensar que nos daban algún medicamento para aplacarnos y no recordar a la familia creo que pudo ser factible pues lo juro que tengo meses en blanco no recuerdo mucho también sería que no teníamos mucho que recordar solo tristeza y añoranza pero quien puñetas se quiere recordar de lo que mucha gente no sabe que existe somos los “Críos de Nadie”
Pasada la semana de acostumbrarse a los toques del Gong, el… Gong es nuestro compañero de todo, todo…Tienes que levantarte suena ,puntual a las 7 de la Mañana, recreo, suena ,cena, suena ,comida, suena, a formar suena, este fue el sonido durante 6 años. No podré olvidarlo nunca eso y tantas cosas…Bien me dijeron que tenían que llevarme ya a una familia con los demás niños yo solo tenía 6 años el traspaso fue antes de cenar, recuerdo que estaba oscureciendo y donde está la pajarera y la barbería una puerta que ya la señalaré tuve que formar con otros niños en fila y la distancia de niño a niño es con la mano estirada y la punta de los dedos a hombro del chico que está delante de ti.Estaba temblando de miedo no sabía nada de lo que me esperaba solo lo que contaban los críos, tenía mi bolsa con el jabón y la pasta de dientes, que dormía con ella en la enfermería para que no me la quitasen, solo faltaba un poco pues la chupábamos con otros niños, pues tenía sabor a menta, en la puerta tenía una bombilla dentro está muy oscuro y puedo asegurar que me aterraba pues entrado al lado de la escalera estaba los friegaplatos J…que asco y miedo contare el porqué.
Texto de :Fermín Ponce
(Continuará...)
Queda prohibida la reproducción de esta historia, aún citando su procedencia...
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Hay que tener mucho valor para volver a bajar la cuesta, esta vez la del recuerdo, que lleva a la entrada del Centro de Protección de Menores de Barcelona, Wad-Ras.Sólo tu mirada de niño, Fermín, de un chaval que nos cuenta su día a día de aquel lugar. Como cualquier niño en su misma situación, demasiadas, tristes y melancólicas.¿Quién puede transmitir en esta historia el dolor, el hambre, los sueños, las pesadillas, la persecución, las noches de castigos, los palos, los correctivos al sol? No se puede, pues en cada chaval había una intrínseca angustia, un daño irreparable y unas dolorosas e íntimas consecuencias. Eso no se puede escribir o transmitir y según van pasando los años cada vez menos, es imposible…Eres digno de admiración y respeto, esa es mi opinión apreciado Fermín, y puedes estar muy orgulloso de tí, cuando tuvistes las riendas de tu vida y formaste una familia e hijos, estoy deseando saber como lo has hecho, un fuerte abrazo.( Mari Trini)