Revista Medio Ambiente
Hace un par de días apareció una pareja de Barnaclas cariblancas (Branta leucopsis) en el embalse de la Barquera, a escasos kilómetros de Uvieo. Este ganso, de un tamaño poco mayor que un azulón, es de aparición esporádica y aunque hay lugares de la Península Ibérica donde es un invernante escaso pero regular, por ejemplo en las lagunas de Tierra de Campos, en Asturies el número de observaciones es muy escaso.
Las Barnaclas cariblancas crían en el Ártico y la población groenlandesa inverna casi en su totalidad en las Islas Británicas. mientras que la siberiana pasa el invierno en Holanda. Supuestamente las aves que se ven en la Península Ibérica proceden de la población británica.
Digo supestamente porque tratándose de gansos y de anátidas en general, nunca podremos estar seguros. Estas aves acuáticas son muy frecuentes en parques y colecciones privadas, donde se pueden encontrar tanto especies europeas como de otros lugares del mundo. Por regla general estas aves son alicortadas y anilladas, y de esta forma privadas de la capacidad de volar, pero cuando se reproducen muchas veces no se hace lo mismo con sus descendientes.
La barnacla cariblanca es una especie frecuente en los parques, de hecho, en el Parque de Isabel la Católica en Xixón hay varias parejas que se reproducen anualmente en sus estanques. Aunque los responsables del parque suelen capturar a los pollos antes de que vuelen lo cierto es que muchas veces no llegan a tiempo y los jóvenes crecen y acaban volando marchándose.
Los escapes de anátidas son el origen de varias poblaciones naturalizadas de numerosas especies exóticas en nuestro país, como el pato mandarín, pero incluso cuando los escapes corresponden a aves de distribución ibérica, las consecuencias pueden ser muy negativas, al cruzarse con individuos de las poblaciones nativas o incluso hibridando con especies similares, produciendo de esta forma contaminación genética con genes procedentes de otras poblaciones, perdiéndose de esta forma las adaptaciones locales conseguidas a lo largo de miles o millones de años. Uno de los casos mas graves es el de la Malvasía canela, una especie exótica establecida en Gran Bretaña y que emigra ocasionalmente a la Península Ibérica, produciéndo híbridos fértiles al cruzarse con la Malvasía cabeciblanca, una especie amenazada.