México, DF.- La nueva ley contra la violencia en los estadios, impulsada tras los enfrentamientos entre aficionados y policías en el Estadio Jalisco, el pasado de 23 marzo, movilizó a barras del América, Chivas, Cruz Azul, Pumas y Atlante, quienes se unieron para entregar un documento a la Federación Mexicana de Futbol, en el que buscan defender sus derechos y limpiar su imagen.
“Con motivo de la reciente promulgación y extremadamente pronta aprobación de la Reforma a la Ley General de Cultura Física y Deporte, y de la Ley en Contra de la Violencia en los Estadios hacemos saber nuestro sentir por medio de este escrito ya que como grupos de animación, aficionados, mexicanos, pero antes que nada como seres humanos creemos que es un total y descarado atropello hacia nuestros derechos, individuales, constitucionales y de recreación”, publicó Hinchadas Unidas de México en su recién aparecida página en Facebook.
Tras una reunión en el sur de la Ciudad de México para discutir sobre la Ley General de Cultura Cívica y Deporte, los grupos de aficionado de los principales rivales del futbol mexicano presentaron un escrito en las oficinas de la Femexfut, donde plantean su preocupación por la violación de los derechos de los aficionados, además de su criminalización.
La nueva ley contra la violencia en los estadios reapareció en el panorama (pues ya tenía un año “congelada”) tras los violentos enfrentamientos entre aficionados de Chivas y la policía de Guadalajara, durante los minutos finales del Clásico Tapatío, disputado a finales de marzo en el Estadio Jalisco. En él resultaron heridos de gravedad dos policías, además de resultar varios detenidos y más personas con lesiones. Como consecuencia, Chivas prohibió el ingreso a sus grupos de animación al Estadio Omnilife, junto con otros equipos de la Liga Bancomer MX, que hicieron lo mismo en sus propios estadios.
Dicha ley castigaría a los aficionados que ingresen a la cancha, generen disturbios en el estadio y lancen objetos peligrosos, además de crear un registro de aficionados a quienes se les prohibiría ingresar a los estadios, por participar anteriormente en estos actos. Los futbolistas y cuerpo técnico de los clubes no fueron tocados, por lo que las riñas dentro de un partido no se tomaron a consideración.