El Sr. Barreda sustituye nuevamente el término “descanso entre trimestres” por el antiguo “vacaciones de Semana Santa” retractándose de una reciente decisión anterior. Uno, que no se cree ni lo más mínimo que el Sr. Barreda no sea inteligente, se pregunta si la provocación innecesaria nace de un ataque agudo de progresismo mal entendido a fin de movilizar el desencanto de los votantes del PSOE, o más bien a un intento de publicidad gratuita. Efectivamente, con la noticia y su contraria, en apenas horas veinticuatro, que se decía antes, el político socialista consiguió ofrecer la sensación de improvisación, pero también la de capacidad de rectificar, al tiempo que pasó a ser portada de todos los medios digitales, la mayoría de los cuales son leídos por sus adeptos.
La política está llena de caminos tortuosos y oscuros, en los que no faltan cloacas malolientes, lo que me recuerda la célebre frase de un amigo: Si no te gustan las vísceras, no te dediques a la casquería. El amigo Barreda tiene estómago y cabeza, se enfrentó a Zapatero públicamente, hizo y deshizo, y se habló de él; si pierde las elecciones autonómicas tendrá una buena parte de culpa la sede de Ferraz.
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