Barreras arquitectónicas, la imposible rutina de María Luisa

Un día cambió su vida. Se tornó gris, casi negro, y nada volvió a ser lo mismo. La rutina se convirtió en hazaña y con ello convive desde entonces. María Luisa sufrió un ictus. Desde entonces pasa los días sentada en una silla de rueda.Esta gaditana vive sola. Tiene que responsabilizarse de todas sus tareas. Una heroicidad. Farmacia, tiendas, exposiciones, supermercados y paseos. Enumera cada obstáculo, los pasos imposibles que se encuentra cualquier tarde, todas las mañanas.Dificultades que pasen desapercibidas para el resto de gaditanos. Ella los padece. “Me resulta imposible sacar dinero en un cajero. No llego”, cuenta con la voz entrecortada. Y así con pasos lentos, heroicos, ha transformado su existencia en un camino lleno de metas.
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