Coslada se rinde ante el espectacular acústico de Barricada
La banda ofreció un concierto-coloquio el 5 de marzo en el centro de Juventud Rompeolas. Como ocurre con los eventos de este tipo realizados por los navarros desde el otoño de 2009, interpretaron algunas de las canciones de La tierra está sorda, su último trabajo hasta la fecha, y hablaron sobre la Guerra Civil. En esta ocasión también dedicaron unas palabras a la mujer, pues el acto se encuadraba en la Semana de las Mujeres anual del municipio madrileño. Organizado por las Concejalías de Juventud y de Igualdad, fue gratuito y tuvo lugar ante un aforo limitado de 150 personas.
Bruno Corrales
“La tarde huele a ganas de llover” dice una de las letras del citado doble CD, pero la del día en cuestión al este de la capital olió a ganas y a lo que no son ganas. El hecho de que el agua se dejara caer por allí no debía de tener mayor importancia —el concierto no se celebró al aire libre—, pero hay gente que no da más de sí y se empecinó en lo contrario. El plan de alguna mente privilegiada era que los 150 afortunados se colocaran solitos en fila a medida que llegaran a la puerta del edificio. Lógico, toda la vida se ha hecho así, pero después de haber estado encapotado el cielo durante todo el día, también habría sido razonable pensar que, en caso de lluvia, la gente optaría por resguardarse y olvidarse de turnos. Y como allí no puso orden nadie y las entradas no las empezaron a repartir hasta que no se abrieron las puertas a eso de las 19:30, pues aquelllo fue la de Lepanto en la que Cervantes perdió su toque de muñeca.
Poco faltó para que la nefasta organización del Ayuntamiento diera otro significado al “K.O.” del titular, por cierto, la envidia de la portada de cualquier diario deportivo. Afortunadamente no fue así, y los responsables fueron Barricada, cuya brillante actuación noqueó la más mínima reticencia del público y postró los sentidos a sus pies. Enrique Villarreal “El Drogas” (voz y bajo), Javier Hernández “Boni” (voz y guitarra), Alfredo Piedrafita “Alf” (voz y guitarra) e Ibon Sagarna “Ibi” (coros y percusión) dieron una lección magistral de cómo tocar en acústico: sin estridencias, sonido impecable y voces principales y coros acoplados a la perfección, en conjunto emocionante.
A continuación indicamos las canciones que tocaron y la explicación con la que “El Drogas” introdujo cada una —dejemos claro que no hizo honor a su pseudónimo en ningún momento, las únicas rayas que vimos fueron las de su pañuelo y su camiseta—. Y es que pese a afirmar más arriba que “hablaron”, realmente el único que habló fue él y no lo hizo nada mal.
Bruno Corrales
Matilde Landa
Miguel Hernández dedicó unos versos a esta extremeña. Una de tantas represaliadas por el régimen franquista, quien en concreto acabó con su vida arrojándose al vacío en la cárcel de Palma de Mallorca. A ella también han querido dedicar Barricada esta canción, la primera del concierto, como icono de la resistencia femenina tras la sublevación de 1936 y como muestra del papel de la mujer tras la proclamación de la II República Española.
Hasta siempre, Tensi
Se trata de la primera canción compuesta para La tierra está sorda (título extraído a su vez de la obra de Luis Cernuda). La idea de este tema surgió a partir de la novela de Dulce Chacón La voz dormida. Relata la historia de otra prisionera, aunque en este caso la realidad se encauce a través de un personaje ficticio, Ortensia “Tensi”.
Sotanas
La Iglesia apoyó a los golpistas desde el primer momento, definiendo la masacre de republicanos como “cruzada”. También murieron religiosos, pero mientras que de estos sí se confeccionaron listas, en el caso de sindicalistas y demás no las hubo y sus muertes no se contabilizaron.
Infierno de piedra
Canción de la trilogía Ezkaba, con el punto en común del navarro monte Ezkaba que albergaba el Fuerte de San Cristóbal, utilizado como penal por las tropas franquistas. Ésta simboliza el tortuoso camino de los reos hasta las prisiones, hacinados en trenes y demás como ganado.
La estancia
Segundo tema de dicha trilogía, que refleja el hambre, la falta de higiene, las humillaciones que se sufría en aquellas prisiones. Pero se centra en la búsqueda de la soledad por parte de los presos, buscando el viaje imaginario de vuelta al hogar junto a sus seres queridos