Revista Cine

Bartleby, el escribiente, de Herman Melville.

Publicado el 03 febrero 2015 por Meg @CazaEstrellas
"Mientras que de otros copistas legales podría relatar la vida completa, de Bartleby sería imposible. No creo que exista el material suficiente para escribir una biografía cabal y satisfactoria de ese hombre. Y se trata de una irreparable pérdida para la literatura."Desconcertada, descolocada y perpleja me quedé tras finalizar una primera lectura de esta obra. Nos encontramos ante uno de los relatos más extravagantes en la literatura del S.XIX . En su día llegó a ser tildado de absurdo e incomprensible. Veamos.Bartleby, el escribiente, de Herman Melville.Bartleby, el escribiente, narra la historia de un prestigioso abogado con despacho en Wall Street, un abogado, como él mismo explica, sin ambiciones, de los que nunca se dirigen a un jurado y que no buscan el aplauso del público, sino que trabaja cómodamente con los títulos de propiedad de los hombres ricos, con hipotecas y obligaciones. En el ejercicio de su profesión cuenta con la ayuda de dos escribientes y un chico de los recados, de forma que decide ampliar la plantilla contratando a un escribiente más. El elegido será Bartleby, un chico de apariencia pálidamente pulcra, respetable e incurablemente solitaria.Bartley es aplicado, trabaja de forma eficiente, hasta que un día, ante un requerimiento rutinario de su jefe, reponde "Preferiría no hacerlo". A partir de entonces Bartleby entra en un estado de pasividad, en un abandono de toda acción que desconcierta e intriga al lector a partes iguales. ¿Qué lleva a Bartleby a ese estado de abandono?Estamos ante un relato considerado precursor del existencialismo y de la literatura de lo absurdo. Figuras como Borges hablan de un anticipo de temas que pueden observarse en la obra de Kafka. ¿Qué puede decir al respecto una humilde lectora? Pues que tengo que volver a leerlo; habiendo transcurrido meses desde que lo terminé, todavía ando dándole vueltas y buscando respuestas. Confieso que Bartleby me ha dejado huella, y que es mi firme voluntad reencontrarme con él y dar solución al dilema moral o conflicto que plantea entre la sinrazón y la compasión. Supongo que eso es bueno, es una señal inequívoca de estar ante un título perteneciente a la Literatura en mayúsculas.En cualquier caso, no es una lectura que recomendaría a todo el mundo. El lector puede elegir entre dos caminos: una lectura simbólica y otra literal del texto, y en ninguno de los casos está el éxito asegurado. Lo que sí recomiendo sin dudar es la maravillosa edición ilustrada por Stéphane Poulin, de Alianza Editorial, una auténtica joya."Podía darle alguna limosna a su cuerpo, pero el cuerpo no le dolía; era su alma la que sufría, y yo no podía alcanzarla".

Volver a la Portada de Logo Paperblog