Revista Cultura y Ocio

Bartleby es el final de un libro cuyo principio no conoceríamos, Georges Perec

Publicado el 24 noviembre 2016 por Kim Nguyen

Un hombre que duerme

Bartleby tiene eso de particular: que, para mí, está todo él contenido en este sentimiento turbio -la rareza, el alejamiento, lo irremediable, lo incasable, el vacío, etc.- y que, a mi parecer, es la más perfecta expresión del mismo. Es este sentimiento en estado puro; es decir, con todos los prolongamientos que implica.  Está escrito para suscitar ese sentimiento, para expresarlo en tanto que tal sentimiento y no como un fin. Bartleby es, si se quiere, el final de un libro cuyo principio no conoceríamos, cosa que tiene por efecto el conceder a lo irremediable un mayor alcance, una especie de universalidad.
Si yo supiera por qué es bello ese sentimiento, o más bien por qué es rico, y por qué nos parece que se “abre” sobre el mundo, es decir, que va ensanchándose, que ofrece a nuestra sensibilidad todos los prolongamientos deseables, me parece que empezaría a comprender por qué y cómo me gusta Bartleby. Pero evidentemente esto es lo que no comprendo (aún).

Georges Perec
Carta a Denise Getzler

Imagen: Un hombre que duerme
Bernard Queysanne y Georges Perec, 1974

Previamente en Calle del Orco:
El final de las novelas, Georges Perec


Bartleby es el final de un libro cuyo principio no conoceríamos, Georges Perec
Bartleby es el final de un libro cuyo principio no conoceríamos, Georges Perec
Bartleby es el final de un libro cuyo principio no conoceríamos, Georges Perec

Volver a la Portada de Logo Paperblog