Hola, queridos compañeros. Hace tiempo que no escribo por aquí y me gustaría compartir con vosotros una mala experiencia que he tenido hoy y lo que he aprendido de ella. Primero aparece en forma de diario después hay una reflexión simbólica. Me gustaría saber que pensáis de lo que me ha pasado y si a alguno de vosotros se os ha ido así la cabeza alguna vez.
23 de Febrero del 2020
Hoy he estado dormida. Se me ha dado una oportunidad que no sé si volverá a estar ahí para recurrir a ella y demostrar que soy capaz de hacerlo bien, rectificar, ser razonable. Sin embargo he escogido el mal camino y he gastado todo mi dinero, el que tanto trabajo me ha costado ahorrar, en las máquinas tragaperras. El camino correcto hubiera sido ese mercadillo que me he encontrado en plena calle lleno de artículos maravillosos preparados especialmente para mí: nenucos de los años sesenta, vinilos, muñecas de colección, libros y libros….. Y todo a un precio bajísimo. Hubiera anunciado, hubiera vendido y hubiera seguido con mi hobbie de la compra-venta de Segundamano pero he caído en el impulso y no en el sentimiento del razonamiento. De todos modos, no esperaba tener tan mala suerte. Me perdono. Volveré a ahorrar y lo haré mejor. Con pequeños trucos se consiguen grandes logros. El mal es rebelde pero yo soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor, porque nadie me ha querido nunca oír. Qué bonita canción de Jannete, la escuchaba cuando era pequeña. Pero ahora vayamos a mi reflexión en prosa poética:
El sentimiento del aprendizaje. Sólo eso nos llevamos. Reducido a las tres grandes prendas que puedes guardar como as en tu manga, es el truculento, apasionante, sabroso, terriblemente doloroso si el monstruo nos hiere con sus zarpas que es la vida, esta vida que no termina en el mar muerto ni en ningún otro. Mantente vivo, no vuelvas a dormirte en el oleaje desordenado de tu pelo que brilla como el fuego. Sabes que él te conoce mejor a ti que tú a él. Todos nos hallamos bajo el mismo Sol. Sólo se trata de vivir y aprender en el sentimiento, el sentimiento del aprendizaje y su consecuente comportamiento. Eres bella también en tu lado oscuro. Salud, dinero y amor. El dinero no existe y el amor cura la enfermedad. Resignate y perdónate si vuelves a fallar, pero no dejes de seguir intentándolo. El dinero no existe y el amor es salud. De todos modos, tengo suerte y no por sacar de lo malo lo bueno o ser optimista, vital y positiva sino porque la estrella se haya por las dos caras de la moneda y aún me queda mucho por aprender en esta vida traviesa, tímida, constante. Sólo he de acostumbrarme a que, a veces, me vuelvo loca de remate