No os pasa que tardáis un rato en encontrar el mando de la tele? Cada día lo encuentras en un sitio distinto, en una balda, debajo de la manta, entre los cojines del sofá...
Hoy os voy a enseñar una idea divertida con coste cero para fabricar una base para cualquier mando, de modo que esté siempre en el mismo sitio y sea accesible para todo el mundo. Pero antes de empezar, tengo que reconocerle el invento a su inventor, que no es otro que mi padre. La primera y única vez que lo he visto ha sido en su casa y la verdad, me pareció muy ingenioso. El resto de la gente suele comprar las cosas ya hechas, pero él siempre le da una vuelta genial a todo.
La idea es muy fácil. Sólo tenéis que encontrar un recipiente de plástico que encaje con la forma de vuestro mando y atornillarlo a la pared. Para que os hagáis una idea, os enseño esta foto del modelo básico fabricado por mi padre, aprovechando los envases de unos bastoncillos de algodón para los oídos.
Como he dicho, es un modelo básico, pero se puede tunear al gusto. Se me ocurre forrarlo con papel o tela, pintarlo de colores y hasta pegarle algún elemento decorativo, como conchas o botones. Además, lo podéis situar en cualquier rincón de la casa. Mi padre los tiene al lado de la cama.
Ya veis que es una idea fácil y barata, que contribuye a que reciclemos lo que tenemos a mano y no gastemos dinero. Además, con un poco de imaginación se puede convertir en un elemento de decoración único de tu casa, que seguro no pasará desapercibido.