Foto: Laguiadelasvitaminas
En el mercado si nos podemos a mirar encontraremos multitud de cataplasmas y mascarillas de todas marcas y colores y sino conoces un poquito el tema puedes sentirte perdida en ese maremágnum. Las preguntas que nos vamos a hacer son ¿Cual? ¿Cuando me lo aplico? ¿Cómo se aplica? ¿Realmente es necesario? Pues voy a empezar respondiendo por el final porque me parece la más importante, si, si es necesario. Los tratamientos y cremas que nos aplicamos ayudan hidratando y nutriendo nuestra piel, pero según la época, nuestra situación, si estamos estresadas, si dormimos mal, si estamos en un ambiente más frío o muy caliente, por multitud de causas tu piel va a necesitar un plus además de tu tratamiento normal que precisamente la mascarilla le va a proporcionar permitiendo a la piel recuperar su equilibrio.
Respecto a cual es la adecuada, eso va a depender de lo que tu piel necesita en cada momento, las tienes que aportan un extra de hidratación, otras que hacen una limpieza más profunda de la piel, quizás necesitas aportar luminosidad o calmar tu piel porque está sensibilizada. Las mascarillas a diferencia de las cremas poseen una alta concentración de principios activos lo que hace que actúen en tiempo récord, en algunos casos notas los efectos de manera instantánea. Os aseguro que es el complemento ideal a tu tratamiento habitual.
Muchas mujeres piensan que una mascarilla es para momentos especiales, o para momentos puntuales en los que la piel sufre determinado problema, pero no solo están para eso, lo bueno de las mascarillas es que actúan a dos niveles, por un lado sobre la epidermis superficial y por otro en profundidad por lo que si las usamos de forma habitual conseguiremos una piel más equilibrada, homogénea, nutrida e iluminada.
En el mercado vamos a encontrar distintas variedades y voy a intentar describirlas un poquito para dar una idea al menos general de cada tipo:
Hidratantes: Suelen llevar activos hidratantes a base de aceites de germen de trigo, karité, vitaminas, etc. Generalmente ingredientes que proporcionan una alta hidratación. ¿Para quién son recomendables este tipo de mascarillas? en general para pieles secas o muy secas ya que aportaran mucha hidratación y confort a estas pieles. También si tienes zonas deshidratadas aplicar en esas zonas este tipo de mascarillas ayudará a recuperar la hidratación perdida.
Purificantes: estas suelen ser mascarillas limpiadoras que lo que hacen es realizar una limpieza en profundidad de la piel. Son válidas para cualquier tipo de piel aunque las que más las agradecen son las pieles grasas ya que ayudan a regular el exceso de sebo, eliminar impurezas y cerrar los poros. Suelen tener entre sus ingredientes arcillas, óxido de cinc, aceite de árbol de té, etc.
Calmantes: Estas hidratan a la vez que calman la piel sensible. Suelen llevar aceites esenciales y manzanilla que ayudan a calmar la piel. Son ideales si sufres rojeces o sequedad extrema ya que son muy delicadas con la piel y la ayudan a recuperar el equilibrio perdido.
Efecto flash: Estas me encantan, suelen llevar ácido hialurónico, colágenos, vitaminas, etc y suelen ser en formato antifaz elaborado con microfibras de tejido o gel que liberan los activos sobre la piel en un efecto tipo invernadero que hace que la piel lo absorba en profundidad y veamos un resultado inmediato.
¿Cuando debemos aplicarlas? Ahí no hay una norma fija, lo ideal es usar una limpiadora, por ejemplo, una vez a la semana; tu piel agradecerá esa limpieza en profundidad y lo notaras con el tiempo ya que tu piel absorberá los tratamiento mucho mejor. Si tienes la piel bastante grasa yo te recomiendo incluso hacerlo un par de veces a la semana. El resto de tipos de mascarillas dependerá de las necesidades de tu piel y tu misma irás viendo cuando tu piel te está pidiendo ese extra al tratamiento diario.
¿Cómo aplicarla? Siempre, pero siempre después de una exfoliación. Si eliminas previamente la capa de células muertas aprovecharas mucho mejor los activos de la mascarilla. Sigue las instrucciones del paquete, según el tipo de mascarilla te indicará la forma más indicada de aplicación. Normalmente el tiempo que debes dejarla actuar suele ser unos 20 minutos aunque últimamente encontramos algunas que son para dejarlas actuar durante toda la noche. Para retirarlas si son de tela simplemente retira la tela y da un ligero masaje para que penetre el resto de producto, si no es de tela entonces retírala con agua templada y una esponja suave.
Algo que a mi me va muy bien es aplicar tónico después de retirar la mascarilla para terminar de cerrar poros y revitalizar la piel. Finalmente tras todo esto aplica tu tratamiento habitual de serum y crema. De todas formas si tienes la piel con algún problema específico, te recomiendo consultar con un especialista antes de aplicarte una mascarilla no sea que alguno de sus componentes puedan empeorar el estado de tu piel. Siempre ante la duda consulta con tu médico.
Espero que os haya gustado y resultado útil. Un besazo y os veo en mi siguiente post.