Basilea

Para un médico que se pasa media vida prescribiendo remedios, la posibilidad de acceder a conocer una ciudad como Basilea resultará apasionante, incuestionablemente... Pero aún lo será en mayor medida si como yo, ese médico se hubiera pasado una buena parte de su vida profesional adscrito a una multinacional del Sector Farmacéutico.
Con apenas unos 200.000 habitantes en la ciudad y unos 750.000 en el cantón, Basilea es la capital Mundial del Sector Farmacéutico...
No podría ser menos: entre otras muchas firmas Basilea alberga el campus de Novartis... En su día -1996-  Novartis surgió de la fusión de Sandoz y de Ciba Geigy; entre ambas empresas atesoran más de 260 años de historia ya que fue en 1758 cuando Johan Rudolf Geigy-Gemuseus fundó su fábrica de tintes para tejidos, la cual constituiría el germen de lo que hoy es Novartis.
De los cerca de 60.000 empleados que Novartis posee en todo el mundo, 10.000 trabajan a diario en el Campus que esta empresa posee, a ambos lados del Rhin, en la ciudad de Basilea.

Torre Roche: El edificio que podemos ver en la fotografía anterior, de 178 metros de altura, se terminó de construir en 2015 y alberga las oficinas que este grupo farmacéutico tenía anteriormente repartidas por toda la ciudad. 

El ambicioso proyecto aún no ha concluido: está previsto que la torre cuente en 2021 con una hermana mayor que alcanzará los 205 metros.
Si analizamos la facturación mundial de los principales laboratorios de la Industria Farmacéutica, valiéndonos de datos del año 2016, vemos que el primer puesto lo ocuparía la norteamericana Pfizer, siendo seguida muy de cerca por las que ocupan el Segundo y Tercer puesto: Novartis y Roche... 
Este gráfico bien podrá servirnos para ilustrar la importancia que la pequeña ciudad de Basilea alcanzaría en el contexto de este sector... 
Desde un punto de vista meramente turístico, puesto que vuelvo de allí tras pasar unos días, la ciudad resulta absolutamente recomendable: si alguno de Uds. tiene ocasión de acercarse a verla, que no deje de visitar su Museo de la Farmacia, que ocupa la que fue, nada más y nada menos, que la casa de Paracelso.