Basta

Un grito de protesta, un aliento de cansancio, una acción salvadora o algo así tratarán de ser las próximas líneas. Porque es saturador vivir así. Porque si no pensás como quieren algunos medios de comunicación, sos kirchnerista o si, viceversa, no pensás como quiere el gobierno de Cristina Fernández sos un traidor a la patria, un gorila y un hijo de mil puta que apoya la más cruenta dictadura militar, el robo de bebés y la desaparición forzada de personas. Por eso, ¡Basta!
Que se termine esta mentira de vivir entre una postura y la otra; de tener la necesidad de estar en una orilla o en la otra; de ser blanco porque el negro es lo peor o ser un negro porque el blanco es la oligarquía vende patria. Que se acaben los políticos vende humo que no hacen otra cosa que vivir del Estado, que no saben otra cosa que hablar bien del futuro si ellos fuesen gobernantes o hablar mal del pasado porque ellos no gobernaron. Que se terminen esos dirigentes sindicales y gremiales que dicen proteger los derechos del trabajador pero se llenan los bolsillos con dinero de negociados y extorsiones corporativas. Que se termine esa manía de querer re interpretar la historia para favorecerse asimismo. De revivir hechos de más de 30 o 40 años. Está bien, son situaciones que marcaron a fuego el presente de nuestro país y eso hay que enseñarlo en las escuelas pero la sociedad exige y reclama que se solucionen otros problemas. Que del lado opositor se hablen penurias del actual gobierno mientras son ellos mismos los que dejaron en ruinas al país parece un chiste. En este caso, el remedio sería peor que la enfermedad. De Nárvaez, Macri o Reutemann tendrían peores gobiernos respecto al de los Kirchner. ¿Por qué? Porque los hechos lo demuestran. El colombiano ya cumplió un período como diputado y no sacó un proyecto de ley a favor de los desprotegidos; el ex presidente de Boca lleva casi el 75% de su mandato como Jefe  de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y tuvo más problemas que soluciones y, por último, el santafesino se encargó más de administrar la provincia como una empresa en lugar de invertir para el desarrollo de la misma. Los radicales como Patricia Bulrich también dejan mucho que desear ya que su presencia en la Alianza,da a las claras que idea de país tienen.Entonces el 80 o 90 por ciento de los políticos no representan a la sociedad. La gente quiere tener una vida más tranquila. Y la tranquilidad se la da un trabajo digno y estable; una ciudad con calles limpias y ordenadas; un ámbito para vivir donde no se tenga que mirar hacia atrás (casi esquizofrenicamente) para ver si viene algún ladrón; con escuelas o, mejor dicho, con una educación que le de oportunidades a los más chicos de abrir sus mentes y crear sus proyectos de vida; con hospitales e institutos de salud con recursos necesarios para atender a los más necesitados. Parecería un chiste hablar de estos puntos transitando el décimo año del siglo XXI pero Argentina los padece. A poco más de un año de elecciones, los medios de comunicación y los políticos (excelentes socios en este juego) bombardean a la sociedad con candidaturas. ¿A alguien le interesa? Para tapar ese desinterés de la sociedad por ir a votar a los mismos de siempre se ponen a hablar de lo que hace falta. Mentiras y más mentiras llenan los espacios de los programas políticos. Por ello, ¡Basta!Argentina pide a gritos un proyecto político que comience a trabajar por el cambio; que deje atrás toda la corrupción de Menem, los negociados de Duhalde, los fracasos de la Alianza y las mentiras piadosas de los Kirchner; la mafia de los sindicalistas; y muchas otras situaciones bien argentas. Basta, basta de mentiras, engaños y fracasos políticos. Basta de agredir al independiente. Basta de bombardearnos con candidaturas y pseudos proyectos políticos que tienen como fin obtener poder y rédito económico. Basta de una Argentina para pocos, de un gobierno que subsidie y regale bienes y servicios. Basta!!!