de Carmen Amoragas.
Título: Basta con vivir.Autora: Carmen Amoraga.Editorial: Destino, 2017Páginas: 320.
SINOPSIS.
Pepa es una mujer madura en quiebra emocional. Siente que ha malgastado su vida y culpa al mundo de su aparente desgracia. Sola, enfadada y amargada, siente como una herida la felicidad del resto, y para protegerse del dolor no encuentra otra forma que vivir dentro de una coraza que oculta sus verdaderos sentimientos.
Durante unas vacaciones forzosas, Pepa se ve obligada a reflexionar y a tomar consciencia de los errores que la han llevado a estar donde está. Justo cuando comienza a reconciliarse con sus recuerdos, empieza a observar a una chica embarazada que toma el sol a diario en un banco de la misma plaza en la que Pepa pasea a su perro. Esa joven es Crina, que vive una tragedia ante los ojos impasibles de una sociedad que no quiere verla.
Crina llegó a España engañada por su propia pareja, que la vendió a una red de trata de blancas, y ahora esa red planea vender al bebé que espera. Pepa, inmersa en el proceso de rehabilitación de su invalidez emocional, es la única persona que puede ver más allá de lo que se ve, y decide volcarse en ayudar a esa desconocida.
Una novela intensa que nos habla de crecimiento, superación y resiliencia. Que nos muestra la verdad de lo que somos y cómo ayudar a otra persona puede llegar a salvarnos de nosotros mismos. Un canto a la vida y a la fuerza de la solidaridad.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Es la primera vez que me acerco a la escritura de esta autora y eso que de ella he leído más de una crítica positiva por su manera de escribir y de contar. Y coincido con esas reseñas tan positivas. Creo que lo que más me ha gustado de esta novela, lo que ha conseguido que me llegara la historia de Pepa y Crina, no es la historia de cada una de ellas en si misma, sino la manera en que la autora me la ha ido contando. Una prosa muy cuidada a la vez que sencilla, sin florituras y con un toque de humor negro que más de una vez me ha sacado una sonrisa a pesar de que la situación que nos viene dibujando en uno y otro caso es para cualquier cosa menos para reírse.
Todos los días voy a un parque cercano al río Guadiana a caminar. Me pongo mis cascos y voy escuchando un libro. Me cruzo con muchas personas. Casi siempre las mismas en función de la hora a la que camine. Nunca nos saludamos aunque nos veamos todos los días. Pero el otro día un señor mayor con un perrito yorkshire me ha dicho al cruzarse conmigo "Buenos días" y así llevamos dos o tres días, saludándonos ya por costumbre y lanzándonos una sonrisa de complicidad que a mi me encanta. Esto también pasa en los pueblos. La gente se fija, te saluda, te da los buenos días y si me apuras te para y te pregunta: se preocupa a la vez que cotillea un poco, todo sea dicho. ¿A que viene todo esto? Bueno, cuando leía este libro y veía la vida de Pepa y adonde la había llevado su situación, me acordaba de la cantidad de Pepas que hay en el mundo. Cualquiera de nosotros mañana podemos ser una Pepa igual que la de la historia: sola a pesar de tener familia, huraña y metida en un círculo que de no poner remedio podría haber acabado en un suicidio, como tantos que hoy en día suceden sin que sean titulares de noticias. La historia de Pepa es una historia trágica, de perdida, sobre todo, de tiempo vital, de sufrimiento interno y de esa amargura que lo bloquea todo y te ciega. Cuando solo se ve lo negro, la vida puede llegar a ser una losa, hasta para el perro que te acompaña. Y Pepa veía tan negro que no percibía a esa chica que todos los días se sentaba en un banco a tomar el sol con su gran barriga y su gran tristeza.
La historia de Crina es otra tragedia, tan real como la de Pepa. Tan dura como la de tantas mujeres que son arrancadas de sus familias y países por las mafias de trata de blancas. Vidas llenas de futuro y esperanza que se cortan antes incluso de empezar a soñarlas. Y a su tragedia, se suma su invisibilidad. Nadie las ve, nadie las mira y cuando se las ve, todo el mundo mira hacia otro lado para no volver a ver. No sé si lo peor es lo que le ocurre a Crina o lo que le ocurre a todas esas personas "normales" que miran hacia otro lado cuando pasean a su perro todos los días delante de ese banco.
De todo esto va Basta con vivir, de dos mujeres con unas vidas trágicas que reconociendo su suerte consiguen vivir con esperanza y de nuevo con fe en el futuro, mientras nos dibuja paso a paso el largo recorrido que han tenido que hacer para salir de su tragedia, cada una a su modo, pero de forma complementaria. Es por eso una novela optimista y positiva a pesar de todos los males que arrastran a las protagonistas. También de solidaridad y de sororidad, esa palabra que tan de moda está actualmente, de solidaridad entre mujeres. Y si, coincido con la autora, Basta con vivir, basta con dejarse llevar y poner en valor lo que acontece y no aquello que nos empeñamos en que suceda. Tal vez no ocurra nunca.