Hay algo peor que no poder convivir con uno mismo? Yo creo que no. Nos preocupamos muchísimo si el dólar sube, si aumentó el aceite, si el vecino me robó los limones de la planta, si mi pareja me ama, el dengue, la chikungunya y el alacrán. Pero¿ nos tomamos el tiempo de prestarnos mas atención? Nos invaden los comerciales de moda y nos aconsejan lo que deberíamos usar este verano..pero, ¿alguien nos aconsejó y nos alentó a desvestirnos y ver que hay debajo de eso? En algún momento de nuestra vida, el hecho de mirar siempre para afuera nos pesa, y mucho. Puede pasarte que te vas a vivir sólo y empezas a conocerte, o bien rodeado de un grupo de personas te sentís incómodo y a donde vayas te persiguen las incomodidades. En ese momento es cuando debes decidir.
Si logras aprender a conocerte y aceptarte vos mismo resulta genial, pero, en algunos casos te vas al psicólogo para que te enseñe a encontrarte con tu” sombra”, un proceso bastante doloroso pero muy útil. Es increible que todavia haya gente que no lo entiende y supone que el psicólogo es alguien que tenés que creerle o no, como si se tratara del tarot o el ángel Gabriel. Un psicólogo no realiza milagros ni deposita bebés en tu vientre a través de un ángel…por el contrario, es un profesional que formula las preguntas que deberias hacerte en diferentes situaciones, asi aprendes a conocerte, aceptar ciertas cosas que pasan, modificar y hacerte cargo de tus actos, además de aprender a conocer a los demás.
En lugar de tomar esos caminos, a veces, decidimos hacer un viaje, cambiar de trabajo o de pareja. Creeme amigo mio que no es la solución. Lo que pesa en tu trabajo te pesará en tu casa y las dificultades personales que cargas te acompañaran cuando quieras escalar una montaña empinada en algún bello lugar del mundo. Te distraes pero los mambitos no se van.
Ni te cuento sobre mal de amores….¿Qué pasa cuando soliamos vivir ilusionados con una persona y no está mas? se convierte en un total desconocido y nos duele, lloramos a mares… pero hay que saber hasta donde llega el límite del llanto y el dolor. Esto se los dice una persona que lloró durante un año por tener que ver a su ” amor” y no poder estar más con él. Entonces voy a hablar en primera persona: Él No era parte de mi mundo, sino que era mi mundo. Era el centro, la razón. Era mi humor y mi estado de ánimo ( dependían de sus mensajes) Todo se tornó tan dramático cuando terminó esa relacion enferma que decidí tratar de resolverlo y dejar de sufrirlo. Con un tiempo de terapia y buenos amigos y familiares logré estar mejor, pero por sobre todas las cosas hice un gran esfuerzo para entender….Amor propio necesitaba.