Cuando
las barbas de tu vecino… pon las tuyas a remojar.
El
problema es que no sabe uno si decírselo a los de aquí, y se vayan preparando
para mayores caídas… o decirles a los de allí que no pusieron sus barbas a
remojar cuando vieron lo que pasaba por España y actuaron como si no fuera con
ellos.
En
Francia no pasaron por La Transición,
así que difícilmente culparán de sus males a aquella etapa típicamente
española, pero los problemas en muchos aspectos son los mismos que aquí. Salvando
las particularidades de cada país, que existen y golpean con fuerza en nuestro
caso, la realidad es que la crisis golpea duramente a Francia -estaba desde el principio en el grupo intermedio de países problemáticos entre norte y sur- y que Hollande ha
quemado muchas de las expectativas generadas, que tampoco eran excesivas, pero
desde luego llegaban más lejos de lo que hemos visto, tanto en medidas
específicamente económicas, cuanto a las políticas de construcción europea que
debían empezar por contrapesar a Merkel.
La
crisis es algo más que la repercusión de las subprime de 2007 y del desastre
financiero de 2008 en EEUU, tiene que ver con los gigantescos cambios
provocados por globalización los mercados y los emergentes que alumbró una nueva era el nacimiento del siglo XXI, influye e itera la construcción/destrucción europea y dentro de todo ello
aparece un aspecto muy preocupante e influyente en la estabilidad de las bases
sociales tradicionales de los partidos mayoritarios tras la II Guerra. Son los
cambios y movimientos de población, y la inmigración, que hace crecer, los
nacionalismos, la xenofobia, las fronteras como forma de protección ante el miedo,
en ocasiones no claramente definido, pero identificado en el genérico, los
otros.
Respecto
a la cuestión de la inmigración, Hollande ha reaccionado inmediatamente tras el
fracaso electoral, lo cual presupone la existencia de estudios e informes sobre
los problemas y las posibles alternativas, que al margen de que gusten o no,
indican que los socialistas franceses tenían oídos abiertos a otras ideas
diferentes a las que ponían en práctica. Opta por un presidente de gobierno del
ala derechista, dicen, aunque quizás no sea tanto, pero desde luego sí tiene
antecedentes demostrados de posturas duras con la inmigración. Parece que la
fuga de votos de electores de izquierdas hacia la xenofobia ha sido preocupante
y pretende taponar un poco esa vía de agua.
El
problema se las trae, por complejidad e importancia para los partidos
mayoritarios tradicionales con opciones de gobierno, y aquí sí que hay que
poner las barbas a remojar, con difíciles soluciones en cualquier parte. Lo que
está pasando en Francia es imposible reducirlo a la manida decisión en partidos
socialdemócratas de políticas o candidatos con mayor o menor peso izquierdista,
a la pérdida de votos por la izquierda, centro y derecha como consecuencia de
la fragmentación social, de las medidas anticrisis, de la globalización, del mundo verde, surge con fuerza el
problema de la xenofobia… Existen experiencias en muchos países europeos que
muestran la desmembración de las bases sociales antaño izquierdistas, obreros
industriales, trabajadores de servicios y cuello blanco, parados, jóvenes sin
experiencia laboral, precariados, subsidiados
diversos, dependientes, jubilados,… sectores, ciudades y poblaciones deprimidas,
que conviven con los inmigrantes, tiemblan ante la competencia que presuponen
más personas para menos recursos.
Lo
anterior está ocurriendo, ahora ya, de forma masiva en muchos barrios y
ciudades de países europeos, lo cual conduce a millones de personas a luchar
entre miserables, por cuotas de miseria, lucha por la subsistencia y por recibir
ayudas sociales, viviendas, escuelas, becas,… o los pocos trabajos mal
remunerados… así la xenofobia se extiende entre votantes de izquierda y reduce y
las ideas de clase y solidaridad que se agotan sin resolver problemas, el
internacionalismo y las grandes ideas solidarias decaen en toda Europa. -Hasta
el punto de que los estados ricos como Alemania plantean expulsar hasta a los mismos
ciudadanos europeos de los otros países pobres, para evitar gastos sociales-.
PD.
En España una nueva vergüenza provocada por la postura tomada por los
sindicatos de clase en Catalunya arrimándose al soberanísmo. Donde quedó el
internacionalismo y la solidaridad?