Y una vez más vuelvo a intentar darle palabras a lo imposible.
"Una estrella brilla en la hora de nuestro encuentro"Seis meses y pareciera ayer. Quién lo hubiera dicho, quién me iba a decir a mí que estaría escribiendo esto, que necesitaría escribirlo. Supongo que lo necesito porque en parte de algún modo tengo que expresar que no concibo mi vida sin ella. Esa manera que tiene de mirarme, esa complicidad que tenemos, esa manera que tiene de cogerme de la mano como si no quisiera que nunca se la soltase, esa forma de cuidarme, de hacerme sentir el único hombre sobre la Tierra... Eso de algún modo tenía que sacarlo, y qué mejor modo que escribiendo. Y sí, en este blog, porque cuando uno quiere a alguien lo proclama a los cuatro routers (modo friki off).
Estoy tan agradecido que no sabría por dónde empezar. Siento tanto que no merezco alguien como ella... Al fin y al cabo, ¿quién soy yo? ¿Qué he hecho yo con mi vida más que mirarme el ombligo? Y ahora que está ella todo es tan distinto... y más me veo indigno. Dime si no he recibido nunca mayor regalo que una sonrisa suya o un guiño cómplice.
Y tantos momentos en tan poco tiempo que no los podría enumerar, y bien que me fastidia eso. A veces me gustaría poder escribirlo todo, dejar constancia de lo que vivimos, de lo que hablamos, de lo que compartimos, de lo que sufrimos, de lo que soñamos. Y luego me doy una colleja a mí mismo y me digo bobo, pues si lo escribiera probablemente me olvidaría de vivirlo, o lo dejaría atrapado en una serie de frases que no llegarían a cuarto y mitad de lo que es. El amor. Llega sin que lo veas venir y lo vuela todo por los aires. Te deja "estaqueado en mitad del patio" y bien frito que te parte el rayo.
Pero saca, sácalo todo, no te dejes nada. Vacíate de una vez de ti mismo, ama de una vez por todas. Y no solo a ella. Porque eso es lo mejor, que se contagia. Que se ve, que se dan cuenta, que te sale más querer a los demás y preocuparte por ellos. El amor no acaba, se autogenera y se multiplica porque viene de Dios. Y aquí paro que me pongo elevado. Aunque bien pensado no estaría escribiendo estas líneas si no fuera por Él.
Y continúo. Lo mejor es sentirte en sintonía con ella, el hecho de a la vez pensar muchas veces lo mismo y lo contrario o simplemente no estar de acuerdo; y sin embargo no perder la sensación de ser para otra persona, de entenderse. Lo genial que es tropezar porque te enfadas o te mosqueas con ella pero con ella también te levantas y te sale perdonar y pedir perdón. No conozco nada más bonito, nunca había llegado a este nivel, y mira que llevo trayectoria. Y es verdad que me asusta pero al mismo tiempo no, no sé si porque siempre he sido un pasota o porque siempre he sabido que ella es de verdad y que viene para quedarse y hacerme verdaderamente feliz, aunque sea muy soltar las campanas al vuelo.
Todo puede pasar, puede pasar cualquier cosa. Puede estallar todo en mil pedazos, puede ir todo mejor que bien o puede caer un asteroide y arrasar con toda vida inteligente. Sólo Dios lo sabe. Pero por el momento, y en lo que al hoy respecta María Juste Sánchez es el mejor regalo de mi vida.
Y quizás esté ciego porque he recibido montones de regalos, pero me ha salido así y el teclado no miente. Cuando miro hacia atrás y veo todo lo que he pasado, las otras chicas y mujeres por las que he "latido" alguna vez y he terminado sufriendo... Aún no tiene todo sentido pero puedo empezar a verlo, como la luz que se escapa por la rendija de la puerta cuando se va entreabriendo.
Lo cierto es que es la única a la que quiero ver, la única a la que quiero hablar, la única a la que quiero tocar. Quiero compartirme todo lo que soy, por mucho miedo y pavor que me dé. Que Dios me dé la gracia y el valor para hacerlo, para quererla una milésima parte de lo que se merece, para hacerla feliz y poder discernir si es la mujer de mi vida, mi ayuda adecuada, la mujer que Dios ha pensado para mí desde el principio de los tiempos. Poquito a poco, partido a partido, batalla a batalla.