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Batalla de Brunete

Publicado el 29 octubre 2024 por Rmartin
Batalla de Brunete

FECHA: Del 6 al 25 de julio de 1937

CONTENDIENTES:

   Gobierno Republicano: Ejército Popular, mandado por el general José Miaja Menant y las Brigadas Internacionales al mando del general Walter.

   Sublevados: Ejército de África, Legión Condor, unidades del Reino de Italia, todos al mando del general Francisco Franco Bahamonde

LA BATALLA

La Batalla de Brunete es el conjunto de operaciones que tuvieron lugar del 6 al el 25 de julio de 1937, en esta población y otras del oeste de Madrid durante la guerra española. La ofensiva, lanzada por el Ejército Popular republicano, tenía como objetivo disminuir la presión ejercida los sublevados sobre Madrid, al tiempo que se aliviaba la situación en el frente Norte.

Batalla de Brunete

El 17 de mayo de 1937 ha caído el gobierno de Largo Caballero que es sustituido en la jefatura del Gobierno republicano por Juan Negrín. Por su parte los rebeldes están empleados en eliminar el frente norte, en un avance iniciado en abril. Bilbao ha caído el 19 de junio, y el bando franquista se dirigen ahora, hacia Cantabria y Asturias. Circunstancia que hace que, el Estado Mayor republicano tome la decisión de desencadenar una ofensiva en los alrededores de Madrid. Este ataque obligaría a los rebeldes a retirar fuerzas del frente Norte, al tiempo que mejoraría la situación de la cercada Madrid. Esta decisión contaba también con el objetivo político de demostrar a los consejeros soviéticos que la República también tenía iniciativa militar. El gobierno de Negrín y sus aliados calculaban que, esta demostración de fuerza, si tenía éxito, fortalecería la imagen del gobierno republicano ante Francia, demostrando que tenía fuerzas suficientes para causar una derrota a los sublevados; además contribuiría a la apertura de la frontera de los Pirineos, lo que permitiría la llegada del material bélico retenido en territorio francés a causa de la No Intervención. La operación fue diseñada por los coroneles de Estado Mayor Rojo y Matallana, sin contar con los consejeros soviéticos.

   Una operación de estas características ya fue considerada en tiempos en que Largo Caballero era presidente, aunque no hubo acuerdo respecto al lugar donde llevarla a cabo. Se pensó en Extremadura, aprovechando la débil defensa franquista en la zona, y, con la ventaja de que, en el caso de obtener éxito, se partiría en dos el terreno ocupado por los rebeldes, aislando Andalucía del resto de la zona sublevada; pero los consejeros soviéticos rechazaron el «Plan P» pues este exigía desplazar un gran número de tropas a mucha distancia de las principales ciudades en poder de la República. Sin embargo, estos asesores soviéticos, si aconsejaban un ataque en la zona de Brunete, por su proximidad a Madrid, lo que permitía el desplazamiento de amplias fuerzas. Los mandos militares del Partido Comunista de España, que, habían ganado mucha influencia en el gobierno tras la dimisión del socialista Largo Caballero, se adhirieron a la posición soviética. El plan diseñado por el Estado Mayor del general Miaja, que se encontraba en el palacio del Canto del Pico en Torrelodones, consistía en lanzar el ataque desde la carretera que cruzaba Majadahonda, Villanueva del Pardillo, Valdemorillo y El Escorial, y avanzar hacia el sur hasta alcanzar Móstoles y Navalcarnero. Este ataque, correría a cargo del V Cuerpo de Ejército, dirigido por Juan Guilloto "Modesto" y el XVIII, dirigido por Segismundo Casado. Tras tomar Navalcarnero, se realizaría otro ataque partiendo de Carabanchel y Usera a cargo del II Cuerpo de Ejército, que convergerían con las del XVIII en Alcorcón. De salir bien, las fuerzas rebeldes que sitiaban Madrid quedarían aisladas, reduciendo la presión sobre la capital. Con anterioridad a estos ataques se llevaría a cabo una acción de diversión en la zona de la Cuesta de la Reina, próxima a Aranjuez, muy al sur de la zona prevista en el plan.

Como hemos visto, por parte del Ejército Popular de la República, intervienen tres cuerpos de ejército: el V, el XVIII y el II; mientras en reserva quedaban, la 14ª División, mandada por el anarquista Cipriano Meras, la 45ª División Internacional, al mando del húngaro Kleber y la 47ª División, mandada por Gustavo Durán.

En cuanto al bando sublevado, el frente consistía en diversos puntos fuertes. En Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo y Quijorna, había en cada uno un batallón de infantería. En el Vértice Llanos (Quijorna), una Mía de Tiradores de Ifni, Regulares y una falange de la Falange de Burgos. También en Quijorna, se situaba parte de un Tabor de Regulares, y dos falanges procedentes de Burgos y Salamanca. En el Castillo de Villafranca había una compañía de infantería y en Villafranca del Castillo otra compañía de infantería junto a una falange de voluntarios de Sevilla. La Jefatura del sector se encontraba en Brunete con unos 100 hombres. Estas fuerzas dependían de la 71ª División, perteneciente al 7º Cuerpo de Ejército del general Varela, al mando de Ricardo Serrador Santés. Desde otros sectores se trasladaron: la 150º División, al mando del general Sáenz de Buruaga; la IV Brigada de Navarra por el coronel Alonso Vega; y la V Brigada de Navarra del coronel Juan Bautista Sánchez.

Batalla de Brunete

Los primeros ataques republicanos comenzaron durante la noche del 5 al 6 al julio, penetrando, al abrigo de la noche, profundamente, tras las líneas enemigas. Al amanecer del día 6 la artillería y la aviación republicanas bombardearon las posiciones enemigas, además de otros objetivos situados en la retaguardia. Una vez finalizado el bombardeo, la 11ª División, mandada por Enrique Lister, comenzó el ataque encomendado, avanzando 16 km y rodeando Brunete. Los sublevados, cogidas por sorpresa, no empezaron a ser conscientes del alcance de la ofensiva republicana, hasta los ataques del amanecer. La guarnición de Brunete se rindió al mediodía, prácticamente intacta y los republicanos hicieron 250 prisioneros. La 71ª División de Serrador Santés era la que cubría el sector, y sus fuerzas, que se encontraban escasas de efectivos, se vieron sorprendidas y desbordadas por los republicanos. Resulta sorprendente que los sublevados se vieran sorprendidos por el ataque, ya que durante meses se venía hablando, en los cafés de Madrid, sobre la posibilidad de una ofensiva en esta zona. El éxito inicial de la ofensiva republicana corrió a cuenta del V Cuerpo de Ejército, dirigido por Modesto. Los intentos de la 46.ª División de Valentín González "El Campesino" por agrandar la brecha hacia el oeste se vieron frustrados por la resistencia encontrada en Quijorna. Ese mismo día el planeado ataque que partiría desde Carabanchel, a cargo del II Cuerpo de Ejército del teniente coronel Carlos Romero no pudo romper las líneas enemigas, a pesar del intenso bombardeo de la artillería.

Para poder llevar a cabo la ofensiva, los republicanos desplegaron los grupos 21 y 26 de caza, los grupos 20 y 25 de ataque y los grupos 12 y 24 de bombardeo. El grueso de las escuadrillas de caza actuaron desde los aeródromos de Barajas, Alcalá de Henares y Guadalajara, mientras que los grupos de ataque y bombardeo lo hicieron desde los aeródromos situados en La Mancha. Durante los primeros días la aviación republicana mantendrá un claro dominio.

Batalla de Brunete

Reorganizadas las fuerzas sublevadas, quedaron bajo el mando del general Varela, que en la mañana del día 6 envió todos los efectivos disponibles, a primera línea de combate. Mientras tanto, las divisiones 12ª, 13ª y 150ª, junto a la Legión Cóndor y artillería pesada, fueron enviadas desde el frente Norte; al igual que las brigadas navarras IV y V.

Mientras en el sector de Madrid continuaban los combates, en Teruel la 42ª División republicana, lanzó un ataque de distracción contra la localidad de Albarracín, para desviar los posibles refuerzos que pudiesen acudir al frente. La división logró ocupar la población, pero el día 14 mediante un rápido contraataque franquista reconquistará la localidad. A consecuencia del éxito republicano del primer día, Juan Negrín propuso celebrar una reunión del Consejo de Ministros para celebrar la victoria, pero el presidente don Manuel Azaña le disuadió de ello. El coronel republicano Enrique Jurado envió a la 15ª División para que acabase con la resistencia de Villanueva de la Cañada, que estaba guarnecida por falangistas de Sevilla, los cuales resistieron los ataques, en vista de lo cual, fue enviado el batallón británico de la XV Brigada Internacional, al amanecer del 7 julio para tratar de conquistar la población, cosa que logró tras aniquilar toda resistencia, mientras las guarniciones de Villanueva del Pardillo y Villafranca del Castillo, seguían resistiendo, lo que hace que varias unidades republicanas se encuentran detenidas. Para permitir a la 15.ª División de "Gal" continuar hacia Boadilla a través del flanco izquierdo republicano, la 10.ª División de José María Enciso atacó a la 12.ª División del coronel Asensio que defendía el Vértice de la Mocha, cuyas tropas se retiraron a las afueras de Boadilla. En las afueras de Brunete continuaron los combates sin que ninguno de los dos ejércitos progresara. Los republicanos cometen un error: su insistencia en reducir las bolsas de resistencia, en vez de rodearlas y continuar el avance, dio tiempo a los sublevados para traer reservas de otros frentes. Franco canceló la ofensiva en el norte, aceptando el desafío que suponía la ofensiva republicana. En el otro lado, Vicente Rojo, había arrebatado la iniciativa estratégica a Franco. La noche del 7 al 8 de julio el general Miaja movilizó al XVIII Cuerpo de Ejército, para que atacara en dirección al río Guadarrama. El ataque se realizó a primera hora de la mañana. Sin embargo, el ata que fue rechazado, mientras tanto, la guarnición de Quijorna seguía resistiendo.

Con el ataque republicano detenido en el flanco derecho, Modesto ordenó a la 35ª División que acudiera en apoyo de la 46.ª de "El Campesino". En la mañana del 9 de julio dos brigadas mixtas atacaron Quijorna, logrando hacerse con el control del pueblo. El 9 de julio el piloto republicano Boško Petrović derribó un Messerschmitt Bf 109 de la Legión Cóndor, constituyendo el primero en la historia en ser derribado. El 10 de julio la XII Brigada Internacional, con el apoyo de tanques, tomó la población de Villanueva del Pardillo, mientras Boadilla y Villafranca del Castillo, continuaban resistiendo. El coronel Jurado, que había hecho planes para asaltar Villafranca el 11 de julio, fue relevado por enfermedad y sustituido por el coronel Casado al frente del XVIII Cuerpo de Ejército. Este dio largas a Miaja para no ejecutar el plan, pero finalmente recibió la orden de proceder. Los republicanos lanzaron 80 carros de combate al ataque de Villafranca, pero sin éxito. Según el capitán checoslovaco Miksche, el fracaso se debió a que desplegaban los tanques por separado, siguiendo la táctica francesa. Debido a la presión republicana sobre Villafranca del Castillo, el general Varela envió a la V Brigada de Navarra para aligerar la presión sobre la guarnición. La llegada de los carlistas obligó a los republicanos a detener su ataque y a retirarse a sus posiciones del río Guadarrama, aunque, un intento rebelde de reconquistar Villanueva del Pardillo fracasó estrepitosamente, debido según la opinión de Lister, de que, a su juicio, fue un error por parte de los franquistas, ya que optaron por realizar continuos ataques frontales, no atacando por los flancos, donde las tropas republicanas se encontraban más debilitadas.

Por entonces, el ataque republicano se había detenido y el ataque que, partiendo de Carabanchel, a cargo del II Cuerpo de Ejército y formar un movimiento de tenazas, no había logrado prosperar. En vista de esta situación Miaja decidió, el 15 de julio, finalizar la ofensiva, ordenando pasar a la defensiva, y las fuerzas de Líster, se atrincheraron cerca de Brunete. La superioridad de la Legión Cóndor frente a la aviación gubernamental hace que la lucha se haga más dura. Ese mismo día la Patrulla Azul de García Morato hace su aparición en la batalla con sus cazas Fiat CR-42, y en uno de esos combates es derribado por un Mosca, el piloto franquista Narciso Bermúdez de Castro.

Franco y sus asesores han estado planificando la contraofensiva, la cual comienza al amanecer del 18 julio, con una barrera de artillería que martilleó las líneas republicanas, junto a ataques de aviación. Las tropas de Sáenz de Buruaga atacó el flanco oriental republicano, mientras que Asensio atacaba el occidental, sin conseguir progresar; mientras los republicanos realizaron contraataques. A diferencia de la táctica empleada por los republicanos en el empleo de los carros de combate, dispersando sus unidades, el general Varela, siguiendo las instrucciones de alemán Von Thoma, concentró sus tanques para atacar en punta de lanza, lo que le reportó buenos resultados. El 19 de julio los franquistas no lograron ningún avance digno de resaltar, pero al día siguiente, con un fuerte apoyo de la artillería y aviación, lograron algunas ganancias territoriales cerca del río Guadarrama.

En el sector oriental, decidido a estabilizar la situación, Miaja ordenó emprender un contraataque a lo largo del valle del Guadarrama, y el terreno capturado por las fuerzas sublevadas cambió de manos varias veces. Al mismo tiempo tres brigadas mixtas republicanas, apoyadas por 20 tanques, penetraron desde Las Rozas en dirección sureste. Mientras las fuerzas republicanas de los sectores occidentales resistían a pesar de los continuos ataques rebeldes. Sin embargo, el 23 de julio los sublevados se abrieron paso en el lugar donde el río Aulencia desemboca en el Guadarrama. Animados por este pequeño éxito, comenzaron a atacar en masa desde el sur de Brunete. Con fuertes medios artilleros además de los potentes bombardeos aéreos de la Legión Cóndor, lograron romper las líneas republicanas al sur de Brunete, y al atardecer de aquel día los asaltantes lograron entrar en Brunete, al tiempo que lograban ampliar sus cabezas de puente en el río Guadarrama.

Al hacerse más grave la situación, el general Miaja envió, desde Madrid, la 14ª División de Cipriano Mera, que contraatacaron infructuosamente, y el día 25, la 11ª División de Lister, tuvo que retirarse del cementerio. Ese día la fotógrafa alemana Gerda Taro (compañera sentimental de Robert Capa) resultó gravemente herida cuando era atropellada por un tanque republicano en el que iba montada, cuando este se retiraba. Debido a sus graves heridas, falleció en un hospital de campaña de El Escorial. Durante los días 26 y 27 la una escuadrilla de caza nocturna dirigida por el oficial soviético Serov, compuesta por Chatos, logró un hito en la historia militar: efectuar los primeros derribos nocturnos, dos bombarderos Junkers Ju-52.

Se abre un periodo en que no se vuelve a producir ningún enfrentamiento a gran escala, el general Varela quiso continuar la persecución de los republicanos, aprovechando la iniciativa estratégica, pero Franco le ordenó que se detuviera, al estar interesado en continuar la ofensiva en el norte.

Batalla de Brunete

La Batalla de Brunete está considerada como una de las más sangrientas de la Guerra civil, pues ambos bandos sufrieron numerosas bajas y pérdidas materiales. Los republicanos tuvieron unas 20.000 bajas entre muertos y heridos, su Fuerza aérea perdió 100 aparatos; logrando conquistar un territorio de 6 kilómetros de profundidad por 16 de anchura, manteniendo bajo su control Quijorna, Villanueva del Pardillo, Villanueva de la Cañada y Villafranca del Castillo; además de retrasar la ofensiva del Norte y conseguir que, el cerco sobre Madrid no cambiase lo más mínimo. En lo que respecta al bando rebelde, sufrió unos 17.000 muertos o heridos, más la pérdida de 23 aparatos. Se podría considerar que el resultado final de la batalla fue una victoria estratégica de los sublevados, que frenaron la ofensiva republicana, a pesar del elevado costo que suponía haber conquistado un pequeño pueblo sin apenas importancia estratégica. Vicente Rojo arrebató a Franco la iniciativa estratégica, obligándole a combatir en un terreno no elegido por él. Para las fuerzas republicanas, Brunete supuso una dura prueba de fuego en la que el nuevo Ejército Popular de la República demostró sus verdaderas capacidades militares.

BIBLIOGRAFÍA

Crónica de la Guerra Española de la Editorial Codex, S.A. Buenos Aires (Argentina)

Diversos capítulos de mis Blogs Personales: COSAS DE HISTORIA Y ARTE y Una biografía en tu pantalla

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Ramón Martín


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