¿Batalla de ideas o guerra de sillones?

Batalla de ideas, pugna de sillones, guerras de poder… La verdad es que el momento convulso que vive el partido PODEMOS ya se ha cobrado su primera víctima, o mártir, o partidaria de una tercera vía… No lo sabremos hasta que todos pongan sus cartas boca arriba
Y es que según carta enviada por Carolina Bescansa:
“Pensamos que son los equipos más fuertes los que están actuando de espaldas a la voluntad de diálogo y acuerdo, voluntad que es compartida por la gran mayoría de las personas inscritas en Podemos. Por eso no podemos integrarnos en ninguna de las listas que competirán por la dirección política de la organización”.

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Y es que como vamos viendo día tras día, quienes se proclamaron los adalid de la “nueva política” están teniendo vicios de “vieja política” embarcados en guerras de poder. Nos vendieron una amistad inquebrantable con unas ideas claras para poder revertir la suerte de este país, y no esta siendo así.

Esto sera una buena noticia para sus numerosos detractores pero, ¿es bueno para el país? ¿No es acaso mejor ver un partido compacto que incomode severamente a los poderes establecidos? ¿No seria mas acertado un correcto equilibrio entre los más contrarios al sistema con los que quieren usar este para mejorar todo?

Lo que esta claro es que esto no es una simple discusión de ideas o puntos de vista. Esto es la casa de las dagas voladoras, en la que solo quedara un bando, una manera de hacer las cosas, la prevalencia de una idea por encima de las otras. Se comenta que los más afines a Pablo Iglesias querrían su victoria para ejercer una verdadera purga dentro del partido, dejando solo a los afines a sus ideas, esto sería el fin a los más cercanos a Iñigo Errejón, más inclinados al con censo tanto dentro del partido como con otros grupos. Y esto no es una buena noticia, les han votado cinco millones de españoles, con la esperanza de cambiar, ya no tanto el sistema como la moral de una clase política que solo hace mirarse el ombligo y no en una preocupación real de una sociedad cada vez más desencantada.