El Japón de fines del siglo XV era totalmente distinto a como lo conocemos ahora: con una economía íntegramente feudalista, encerrado en su mundo, con una cultura muy celosa de sí misma y enfrascado en continuas luchas de poder entre los señores más ricos y poderosos. Bien resulta que por aquellas épocas el poder del emperador estaba muy limitado y era una figura meramente decorativa. Si bien se le debía devoción, era considerado el gobernante oficial y sostén del Japón, el poder real había caído desde siglos atrás en una figura llamada en español: sogún, aunque también se acepta shogun.
Pero, ¿qué era exactamente este shogun? Pues resulta que se trataba en esencia de la persona que llevaba verdaderamente la responsabilidad de la administración del Japón de aquella época. Era el líder máximo del ejército y dirigía el estado, tenía funciones en cuanto a la vida civil, judicial, embajadas, etc. De hecho, para algunos asiáticos cercanos tales como los chinos o coreanos, el shogún era considerado el real gobernante del Japón, y para muchos de estos, el emperador ni existía; llevándose los europeos de aquellos siglos, los primeros que llegaron a establecer lazos comerciales, una similar impresión.
En conclusión, el emperador era el líder en teoría y el shogun en la práctica, esa sería la figura del soberano hasta que empezó la era Meiji en el siglo XIX y los emperadores recobraron poder entonces. Ahora bien, hemos hablado un poco del shogun, ahora nos resta decir qué es el shogunato, sencillamente, es el gobierno ejercido por éste. Su origen se remonta al siglo XII y en Japón se registran en total tres shogunatos; en este caso nos encargaremos de hablar del segundo que es el que nos concierne. Conocido también como el del clan Ashikaga, fue establecido en 1338 y quince miembros de esta línea mantuvieron su puesto hasta que en 1573, el daimyo, Oda Nobunaga derrocó al último shogún de esta etapa. Ahora falta aclarar que es un daimyo o “daimio”; en síntesis, se trata del señor feudal más poderoso de todo Japón; por lo general los daimyo estaban al servicio del shogun, pero estaba claro que las luchas del poder, como en cualquier parte del mundo, eran pan de cada día y Japón no fue la excepción.
Finalmente, hablaremos de la etapa histórica. Se trata del período Sengoku que abarca desde el 1467 hasta 1568 Pero, ¿qué era exactamente este período? Traducido literalmente como “el período en estado de guerra”, abarca una etapa de luchas entre estos daimio, los señores feudales, con el fin de hacerse con el poder absoluto. También, se puede encerrar este periodo, desde 1336 hasta 1573 como el llamado Muromachi. Ahora bien, resulta que los damios pugnaron por poder y dinero, cada uno formó su bando, unos a favor y otros en contra del shogunato Ashikaga, dando origen así a la Guerra de Onin. Pero como en todo conflicto debía haber causas reales, reiteramos, la pugna por el poder y el pretexto.
Resulta que para el año de 1464 Ashikaga Yoshimasa no tenía herederos. Aparentemente, su hermano menor Ashikaga Yoshimi fue quien tenía derecho al cargo, sin embargo, en 1465, nació un hijo del feliz y satisfecho, shogun…poniendo a Yoshimi en una difícil posición…debía luchar por el título prometido o dejar de lado dicha promesa. Sin embargo, el hecho creó una rivalidad entre ambos hermanos. Diversos damios (los mencionados señores feudales) rebuscaron en sus propios intereses, a esto le siguieron otros nobles y poderosos en el mismo clan, formándose así dos bandos por separado. Así, entonces, empezó la Guerra de los Onin, una guerra que devastaría la mayor parte del Japón entre 1467 y 1477. Ese fue el pretexto y ya no había marcha atrás, una guerra que a la larga no dio un vencedor claro y sin embargo dejó exhausto al país y a los poderosos señores feudales.
Para el final de la guerra el shogunato se había debilitado y los samuráis al servicio de los daimio iban de arriba abajo por todo el país. Bajo este contexto se dio inicio al siglo XVI en Japón. A propósito de los samuráis, estos empezaron a obtener fama, poder y riquezas, y eran guerreros nobles al servicio de daimios, es por eso que este período también se conoce como el del ascenso de su poder. En seguida, el Japón se transformó en un país basado en la anarquía, el poder del shogun disminuyó favoreciendo a la clase guerrera, que prácticamente era la que controlaba al campesinado. Parecía que había muchos Japón en varios centenares de kilómetros; esta diversidad de poderes obviamente no podía convivir en paz mucho tiempo. Los daimios y sus poderoso samuráis, querían llegar a la capital del shogunato, Kioto, para derrocar la dinastía, aunque esto recién ocurrió en 1560.
El camino hacia las guerras entre dos grandes daimios
Uno de los grandes daimios de aquella época era Takeda Shingen, perteneciente al clan Takeda, daimio de la provincia de Kai. Convertido al arte de la guerra, se vio comprometido a expandirse a favor de su clan y de sus tierras, para su fortuna la mayor parte de los feudos de los alrededores se aliaron con su clan, aunque también luchó contra el ambicioso Harunobi, derrotándole en algunas batallas y asegurando su posición en Kai entero. Luego de tomada su provincia, Takeda marchó por más, primero a la provincia de Shinano, donde luego de violentos combates y batallas se impuso al clan Murakami, cuyo soberano huyó a pedir ayuda al clan Uesugi. Aquí entró a tallar el otro personaje de esta historia: Uesugi Kenshin, otro daimio poderoso gobernante de la provincia de Echigo.
Desde joven se dedicó a imponer el control de su provincia, la mayor parte independiente de él, y así lo hizo poco a poco, hasta que un día, dos daimios de la provincia de Shinano le pidieron ayuda para enfrentarse a Takeda, el poderoso daimio ya mencionado más arriba y que parecía no tener límites en sus ansias de conquista. Kenshin, antes que verlo más poderoso y amenazando sus fronteras, decidió enfrentarlo. Así entonces se desangraron a partir de aquel día y a esas batallas que los enfrentaron se les llamó batallas de Kawanakajima, si bien la cuarta es la más importante de todas, por su uso sutil de una nueva táctica así como ingeniosa.
Primera, segunda y tercera batalla de Kawanakajima
La primera de estas batallas, acaeció en junio de 1553 y se dio origen cuando Takeda penetró en la llamada llanura de Kawanakajima, en provincia de Shinano, donde ya los esperaba Kenshin. Luego de un enfrentamiento, Takeda retrocedió y se volvieron a enfrentar, sin que la batalla pertenezca a uno de los dos decisivamente. Hicieron falta aún dos años para que se vuelvan a enfrentar, en la segunda batalla del mismo nombre, aunque también llamada Batalla de Saigawa. Takeda regresó a la misma llanura a través del río Sai, plantó un campamento en una elevación al sur de dicho río. Pero este movimiento no fue desapercibido por Kenshin, quién desde su campamento en el Templo Zenko tenía una vista perfecta del enemigo. También se veía amenazado desde su flanco derecho por las tropas del clan Kurita, aliado de su tradicional enemigo Takeda. Kenshin decidió atacar a estos últimos en el castillo Asahiyama produciendo un célebre combate entre caballeros orientales, pero finalmente retrocedió. Luego, dirigió sus tropas contra la fuerza principal de Takeda, los registros dicen que ninguno se atrevió a atacar y esperaron por meses…al final ambos firmaron una tregua y se retiraron a sus respectivos dominios pues urgía resolver los conflictos internos. Dos años más hicieron falta para la tercera batalla, nuevamente Takeda atacó y capturó el castillo Katsurayama, y quiso hacer lo mismo con el castillo Liyama pero cuando Kenshin se acercó a enfrentarlo se retiró.
Cuarta batalla de Kawanakajima
Como ya mencionamos fue la más importante de todas, más que todo por la táctica utilizada. Era septiembre de 1561 y Kenshin abandonaba el castillo Kasugayama con 18 mil soldados para acabar con el enemigo externo que venía acechando sus fronteras desde hacía tiempo, Takeda Shingen. Dirigió su ejército hacia Saijoyama una montaña desde donde se podía apreciar el castillo Kaizu, custodiado por 150 samuráis. Shingen fue alertado inmediatamente, el mismo se hallaba a 130 kilómetros de allí en otro castillo. Fue informado mediante una desesperada señal de humo. Shingen salió de inmediato y en el camino se le unieron unos 4 mil soldados. En total tenía 20 mil bajo su mando. Decidió acercarse a Kawanakajima por la rivera oeste. El secreto era atacar por sorpresa y dejar que el invasor obrara confiado. A Kenshin por poco y le resulta. Su enemigo tomó una fortaleza en Kaizu y se estima que alrededor del 10 de septiembre las fuerzas de ambos y legendarios daimios se encontraron frente a frente.
Kenshin aplicó su táctica, una vez ambas fuerzas chocaron, sus soldados de vanguardia se retiraban al final y eran reemplazados por los que seguían, así ahorraban energías y destruirían al enemigo. La táctica funcionó y uno a uno los comandantes del clan Takeda fueron muriendo, el ejército de éste atacó el ejército de Kenshin con todas sus fuerzas, pero fueron derrotados. Éste más bien contraatacó y llegó muy cerca del puesto de donde estaba Takeda, ambos en un épico enfrentamiento que hace recordar los pasajes de combates singulares narrados en la Ilíada, desgastaron sus cuerpos e hicieron resonar sus espadas, siendo Shingen el menos experimentado, aunque finalmente Takeda se retira luego de que su caballo fuese herido poniendo término al duelo personal. Mientras tanto, una y otra vez los de Kenshin empujaban a los de Takeda, el combate fue muy aguerrido y violento, pero finalmente este último, resistiendo los ataques con su ejército dio el último golpe e hizo retroceder al enemigo hasta Chikumigawa.
Una de las fuerzas de Takeda, que Kenshin había esquivado con habilidad en una colina escabulléndose sin ser oídos poco antes de la batalla, al mando de Kosaka Masanobu, se dieron cuenta de la trampa y descendieron la montaña llegando al auxilio de Takeda, y a continuación sellando el resultado de la batalla, donde los Veinticuatro generales de Shingen fueron muertos todos. Toda la batalla había sido realmente sanguinaria, ambos tenían más del 50% de bajas, pero el clan Uesugi tuvo más, siendo considerado el bando perdedor. Takeda sin embargo no lo persiguió y se retiró por donde había venido.
Quinta batalla y legado
En 1564 se desarrolló la última batalla de Kawanakajima, igual de sanguinaria, en realidad, fue una especie de mini campaña, que duró alrededor de sesenta días, resultando en un empate, pues luego ambos se retiraron. Acabaron así los enfrentamientos de ambos después de cinco batallas y casi 15 años de enemistad. De hecho, los enemigos se respetaban mucho, se enviaban obsequios, y se cuenta que Kenshin lloró cuando Shingen murió en 1573, prometiendo nunca volver a atacar a Takeda. Ambos clanes se aliaron y Shingen continuó batallando a otros grupos iguales o más amenazantes como Oda Nobunaga convertido en el daimio más poderoso de Japón tras la muerte de Takeda y Hojo Ujiyasu. Aún faltaban muchas batallas más entre daimios en el período llamado Sengoku.
Escrito por: Joaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.