Luego de que el clan Oda prácticamente borre todo poderío del clan Takeda en la batalla de Nagashino, Oda Nogunaga continuaría sus campañas de conquista en Japón. Venció a los monjes guerreros Ikko-ikki, así como a otros clanes que lo llevaron a dominar la parte central del Japón, faltándole la parte oeste donde decidió extender sus dominios. Para ello sus dos más fieles generales Toyotomi Hideyoshi y Mitsuhide Akechi serían los encargados de dirigirse al sur y norte respectivamente. El primero tuvo bastante trabajo asediando el castillo Takamatsu, mientras que Mitsuhide decide traicionar a su señor y con sus ejércitos ataca la desguarnecida Kioto, obligando a Nobunaga a cometer el suicidio ritual, el seppuku, corría el año 1582.
Hideyoshi se enteró de esto en medio del asedio y ni bien supo de la muerte de su señor, (y más aún por traición) pactó una tregua con el clan Mori y regresó a Kioto, donde se enfrentó con los ejércitos del traidor Mitsushide, donde este último resultó perdedor, gobernando por tan sólo 13 días. De más está decir que Hideyoshi pronto se convirtió en una especie de sucesor de su fallecido señor y los enemigos de éste pronto también se hicieron sus enemigos y así pasaron muchos años en los cuales Hideyoshi se ve enfrascado en una lucha contra China, el oeste de Japón y con Corea.
Sin embargo, en este último lugar tuvo muchos problemas y en el segundo intento de invadir Corea la flota japonesa es derrotada, pues era muy superior. Al año siguiente, en medio de la campaña, en septiembre de 1598, Toyotomi Hideyoshi falleció, muriendo así el segundo gran unificador del Japón, ¿qué sucedería ahora? Por supuesto más guerras. Otro de los tres grandes luego de Oda y Hideyoshi, era otro fiel aliado del clan Oda justamente que había combatido a su lado en muchas batallas sometiendo a otros clanes, se trataba de Tokugawa Ieyasu.
Ahora bien, Hideyoshi antes de su muerte había establecido un consejo formado por los cinco daimios (señores feudales) más poderosos de Japón, el que debería gobernar Japón en caso de su deceso hasta que su hijo Hideyori (del clan de Hideyoshi por su puesto) alcanzara la mayoría de edad. Dicho consejo llamado Consejo de los Cinco Regentes estaba compuesto por daimios poderosos como señalamos, entre ellos Ukita Hideie, Maeda Toshiie, Uesugi Kagekatsu, Mori Terumoto y Tokugawa Ieyasu, éste último el considerado el tercer gran unificador del Japón.
Con esto Hideyoshi había tenido las mejores intenciones, pues repartido el poder entre todos se creyó que así se podría evitar una dictadura, o atentar contra su hijo…el hecho es que tras su muerte en 1598, los grupos pugnaron y se dividieron en dos, Tokugawa Ieyasu, solo por un lado, contra los otros cuatro clanes restantes, dando origen así a la última guerra antes del Tercer Shogunato. Hideyoshi había conseguido casi terminar la obra de Oda, pero no consiguió la paz que tanto deseo, más que todo su mayor frustración fue no haberse consolidado el nuevo shogun debido a su origen modesto y se conformó con el título menor de Kanpaku.
La guerra estalló cuando muerto Hideyoshi, Ieyasu en medio del vacío político detectó que Ishida Mitsunari, un magistrado, reunía a todos en contra suya fue descubierto y por poco atrapado. Sorprendente y cínicamente pide ayuda al mismo Ieyasu…éste le da protección y le pide que regrese al Castillo Sawayama. Pero el magistrado y otros aliados volvieron a arremeter contra Ieyasu, justo cuando se preparaba una campaña contra Uesugi, otro daimio en su contra. Se acusó a Ieyasu de fomentar matrimonios para su conveniencia política y haber tomado posesión del castillo Osaka, anteriormente residencia de Hideyoshi Era prácticamente una declaratoria de guerra, la mayoría de daimios se alistaron para el bando de Mitsunari pero Ieyasu también encontró apoyo.
Campaña previa
Antes que nada Ieyasu y su ejército se enfrentaron al hostil daimio Kagetsugu de la provincia de Aizu, éste último pensó que Mitsunari iría en su socorro, pero tras la demora salió a hacer frente a Ieyasu. El ataque de Kagetsugu fue contenido. El ejército de Tokugawa se movía hacia Edo, donde llegó el 10 de agosto de 1600, permaneciendo allí hasta el 1 de septiembre, con pocas noticias acerca de su enemigo, el cual se encontraba en el Castillo Sawayama. Ieyasu y su ejército de 50 mil soldados continuó hasta el norte de Oyama. El 27 de agosto mientras tanto el bando de Mitsunari había empezado el asedio al castillo Fushimi con 40 mil soldados…fue terrible, una matanza sin cuartel, al final se dice que sólo quedaron 200 sobrevivientes y el castillo casi destruido en su totalidad. Los sitiados efectuaron ataques y la tradición cuenta que sólo quedaron diez al final, los cuales se suicidaron para no caer prisioneros. El 6 de septiembre se tomó el castillo con casi 3 mil bajas para el bando de Mitsunari.
Estos marcharon así a reunirse en el castillo Ogaki, donde esperaban poder acorralar al ejército enemigo en la provincia de Mikawa. Llegaron el 15 de septiembre colocándose a tan sólo uno 24 kilometros casi de dos castillos: Kiyosu y Gifu, el primero era aliado de Tokugawa el segundo fiel a Mitsunari. Leyasu envío inmediatamente 16 mil soldados para asegurar el primer castillo y luego tomar el segundo. A estos se sumaron otros 15 mil más y al final 36 mil soldados más. Se asedió el castillo con 31 mil soldados a partir del 28 de septiembre y por fortuna fue tomado. El 7 de octubre Ieyasu salió con más hombres rumbo al oeste desde Edo. Se dieron algunos enfrentamientos previos entre ambos bandos como la pugna por el castillo Otsu y Mitsunari continuó derecho hacia Ogaki, enviando numerosos mensajeros para que sus tropas se movilizaran hacia Osaka.
El 17 de octubre mientras tanto, Ieyasu llega a Kiyosu y luego en el castillo Gifu, su más resonante trofeo hasta el momento. Tres días más tarde llegaron a Akasaka, se llegó a una colina llamada Okayama, hubo algunas escaramuzas pequeñas entre ambos bandos, hasta que Mitsunari decide retirarse a Sekigahara, donde creyó tendría la ventaja.
Batalla de Sekigahara
El 21 de octubre del 1600 a las 4:30 de la mañana, las tropas de Mitsunari estaban listas y formadas para la batalla. Leyasu ya había tenido noticias de ellos desde la medianoche y luego decidió organizar su ejército para la inminente batalla. Ya frente a frente la masa humana era realmente increíble, entre ambos ejércitos se llegaba a la suma de 200 a 250 mil soldados según las fuentes, por lo que esta es considerada la batalla más grande peleada en suelo japonés. Era un día lúgubre, lluvioso y húmedo. Nadie sabe de dónde vino el primer ataque, pero pronto aquella enorme masa humana chocó, los de Ieyasu especialmente atacaron directamente contra el puesto de control de Mitsunari pero el avance logró ser detenido. Los arcabuceros de Ieyasu siguieron apoyando a las tropas enemigas, para esto Mitsunari responde bombardeándolos con cinco cañones, probablemente, fue la primera vez que se utilizaron con el efecto deseado, era lo que se quería y generó una desbandada y desorden en las tropas de Ieyasu, quienes a pesar del susto se defendían.
La batalla de espadas y arcabuces estaba presente en todas partes se realizaban contraataques de uno y otro bando sin que ninguna ceda realmente, eran ya las 1 de la tarde y Ieyasu llevaba cierta ventaja mientras que Mitsunari andaba un poco desesperado llamando a sus refuerzos, al final unos 15 mil soldados que debían socorrerlo se demoraron por falta de coordinación…mientras tanto, para ambos contendientes había un factor decisivo, las tropas del samurái Hideaki, quién se había mantenido en Osaka, pues sus roces con Mitsunari lo habían llevado a guardar un gran resentimiento hacia éste. Así que estaba claro que el bando que Hideaki eligiese sería a quien pertenecería la victoria. La presencia de Hideaki generaba temor y esperanza en los dos bandos a la vez, finalmente éste aparece en el campo de batalla y ataca a las fuerzas de Mitsunari. El destino estaba marcado para ellos.
El ataque fue intenso y las tropas de éste último empezaron a caer una tras otra, el ánimo de los samuráis del oeste se cayó a pedazos, Mitsunari vio con tristeza como se le iba toda oportunidad de triunfo, la mayoría de sus clanes amigos que no llegaban aún a la batalla, tras enterarse del resultado también lo traicionaron y no intervinieron. Mitsunari derrotado huyó a las montañas dándole la espalda a esa batalla que fue un desastre para él y enterrando todos sus sueños de consolidarse el máximo de Japón. Ieyasu mientras tanto saboreaba la victoria de la batalla, la cual culminó alrededor de las dos de la tarde.
Luego de eso en el campamento los samuráis triunfantes del bando de Ieyasu celebraron su ritual con las cabezas de los generales caídos, se felicitaron y continuaron la guerra, tomando un castillo perteneciente a Mitsunari. Éste algunos días después de la batalla fue capturado y ni siquiera se le concedió el honor de cometer sepukku, sino que se le humilló decapitándolo. El resto de sus aliados fueron exiliados, muertos o desaparecieron de escena. Nada impedía a Ieyasu la total reunificación del país luego de varias decenas de décadas de guerra, así entonces al culminar el proceso de reorganización, se erigió nuevo shogun en 1603, consolidando una nueva etapa en la historia del Japón que duró poco más de 250 años, hasta la llegada de la era Meiji cuando la figura del emperador volvió a cobrar fuerza.
Escrito por: Joaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.