Revista Cultura y Ocio

Batalla del puente de Stirling: La lucha de William Wallace por la libertad de Escocia

Por Joaquintoledo

Para fortuna de Wallace, los ingleses se condenaron cuando enviaron a su caballería para que arrase a los escoceses, nada más y nada menos que cruzando el puente. La escasa caballería escocesa no les haría frente, sino que cruzó el río en otra posición para atacar a la infantería inglesa, ahora algo desprotegida por un flanco. Mientras tanto los soldados de Wallace aguardaban pacientes a que la caballería inglesa estuviese de su lado del río y cuando ya muchos jinetes estaban por arremeter contra ellos, los escoceses soltaron toda una lluvia de flechas, justo en el mismo momento cuando la caballería escocesa al mando de Moray atacaba el flanco inglés.
Wallace también atacó con todas sus fuerzas y desangró a los ingleses, empujándolos hacia el río, en pocas palabras había dividido las fuerzas de Eduardo en dos, en ambas orillas. Un desesperado Warenne envío refuerzos al otro lado pero el puente se derrumbó, se llevó a muchos ingleses mientras que los escoceses no dejaban de acosarlos. Luego de un par de horas de sanguinarios combates en las que los escoceses peleaban con una gigantesca espada diseñada por ellos mismos causaron gran mortandad y desmoralización contra los ingleses, cuya superioridad numérica no cambió el curso de la batalla, y finalmente estos últimos se pusieron en retirada. Lo que es más, el modo en como gritaban, estaban vestidos y hasta se hallaban pintados los escoceses causó gran conmoción entre los ingleses y los amedrentó generando un trauma en todos ellos y un miedo natural hacia el enemigo.
Wallace y Moray fueron declarados héroes nacionales, sino lo eran ya y su estrategia y liderazgo en el combate de ahí en más fue algo indiscutible para todos. La nobleza de Escocia, la mayoría de ellos pro-inglesa, lo felicitó y reconoció y las esperanzas de poder volver a tener una patria libre se hicieron factibles por primera vez en mucho tiempo. Esta victoria alarmó a Eduardo, quien con aproximadamente 7 mil bajas frente a unas cuantas decenas (así estiman investigadores modernos) de escoceses y sin que le temblara la mano decidió poner una tregua al conflicto con Francia para dirigir todas sus fuerzas contra aquel odiado campesino llamado Wallace, que  fue nombrado Lord Protector y quien por si fuera poco invadía  el propio suelo inglés en Newcastle.

Tal insolencia debía ser castigada y luego de sellado el pacto con Francia, Eduardo I alistó a su ejército para otorgarles una derrota definitiva a los escoceses, aunque para eso en realidad faltaba muchísimo, sin embargo,  detrás de dicha intención, el rey tenían una prioridad: la derrota de Wallace.  De hecho en la batalla de Falkirk tendría una gran oportunidad para darle una apabullante lección. La ejecución del mayor héroe nacional escocés correría también por orden de Eduardo I. Escocia nunca sería totalmente de los ingleses y la guerra por su independencia, aquello que había empezado como un capricho del soberano inglés, sería una de las contiendas más prolongadas y costosas para Inglaterra.


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