Clichés y máquinas de escribir. Los ’60…’70…
Para toda organización eran (y son) necesarias personas muy dispuestas que ceden su tiempo, esfuerzos, pisos o locales y coches, gentes preparadas en las mas diversas materias y con buenas dotes relacionales y lo que luego se llamó preparadas para trabajar en equipo, y también individuos especialistas en mecanografía.
Antes no existían ordenadores y si querías dar a conocer ideas de forma amplia, solo contabas con la palabra en mítines o charlas a grupos o la escritura en papel, las octavillas, eran panfletos, o en folios, cuartillas, para revistas o documentos internos para discutir y unificar posturas, imprescindible en la actividad política, antes y ahora. Os juro que eran miles y miles de páginas para consumo interno y externo.
Para escribir lo que posteriormente se reproducía, en los sesenta, eran cotizadas las gentes de oficina, bancarios por ejemplo, por su facilidad con las máquinas de escribir, aquellas Lexicon 80 de carro pequeño y las otras de carro largo, imprescindibles para pasar a máquina los panfletos y las revistas, que se escribían en aquellos viejos clichés que tenían tres hojas, una primera encerada, un papel de calco y una cartulina fina de soporte, marcas como Kores bi-plastic, Roneo stencil machines, y Roneo Vickers, ambos R 420X , y Gestetner, por supuesto, que estaba en Príncipe de Vergara.
Se tiraban o reproducían con vietnamitas, (el término se extendió y generalizó a toda máquina pequeña, aunque no toda pequeña era una vietnamita originalmente) y te ponías perdido de tinta de olor peculiar, posteriormente pequeñas máquinas multicopistas, como Gestetner, en los sesenta y primeros setenta asentadas entonces en algunas dependencias parroquiales, algún colegio e instituto, algunos pequeños negocios, librerías, residencias de jóvenes, empresas y por supuesto, pequeños aparatos clandestinos.
Mas tarde, en los setenta, se incorporaron como máquinas de escribir unas IBM de cabezas rotantes que permitían cambiar de letra, mucho mas caras, pero mas bonitas y los clichés fueron mejorando hasta pasar a ser fotolitos. ¡Lo que se hubiera hecho entonces con los ordenadores! Antes de ellos, la técnica fotográfica, pasó a las imprentas y reprografía y la composición de revistas se hizo mas limpia rápida y fácil, con los mismos peligros que antaño si te descubrían. Cárcel, palizas, despidos.
Espero que no haga falta decir que algunas personas solo escribían y otras además de escribir repartían panfletos en bancos o fábricas, metros y autobuses, mercados y calles, se manifestaban y saltaban cortando la calle, llenaban el metro de consignas con pegatinas, rotuladores o pintadas de brocha o spray, montaban asambleas en sus trabajos, en los colegios, o en sus barrios con los vecinos, asistían a encierros, bancarios o de fábricas, organizaban charlas, ventas de gadgets, recogidas de dinero, discutían propaganda, o libros, o convenios, o huelgas de la construcción, o apoyos a fábricas en lucha, a comisiones de parados, a movimientos vecinales, etc. etc.
PD. Un abrazo a Marga, Nina, Marisa, Juan Antonio, Manolillo, Anselmo, Richard, Jose, y tantos otros. Continuará…