Se podrá decir más alto, pero no más claro. La izquierda abertzale rechaza toda expresión de violencia, incluida la de ETA, y anuncia que expulsará de sus filas a quienes justifiquen el terrorismo. Es cierto que han tardado en dar este paso, pero ello no le resta trascendencia, ni valor. Entramos en un nuevo tiempo, en el que por fin podremos ver cumplidos nuestros deseos de paz y convivencia. Ahora no hay ninguna razón ni política, ni legal, ni ética que impida a la izquierda abertzale regresar a las instituciones. Los estatutos de la nueva formación que representará a la antigua Batasuna responden a los exigencias de la llamada Ley de Partidos y cumplen todos sus preceptos. Sólo espero ahora que PSOE Y PP asuman la evidencia, no pongan piedras en el camino que la izquierda aberztale emprendió a partir de 2009 y reconozcan, aunque les duela, que Euskadi es una comunidad plural y que el juego de mayorías y minorías no se puede manipular en función de intereses y estrategias electorales y partidistas. Hoy es un día para la esperanza y la alegría, pero también para el recuerdo de quienes no están y sobre todo para mirar hacia el futuro con voluntad de crear una sociedad más abierta, tolerante y respetuosa con todas las ideas y personas. Se impone la cultura del diálogo y el pacto.