Revista Cine
Creadores: Carlton Cuse, Kerry Ehrin & Anthony Cipriano
Creo que la quinta temporada de "Bates Motel" se estrena dentro de unos pocos días (para ser exacto, mañana mismo), así que sí, alcanzamos a ver las cuatro temporadas previas a tiempo. No es la gran epopeya, pero algo es algo; me sentiría mejor si "Bates Motel" fuera digna de recordar. Voy a hacer un pequeño experimento que me ha venido acechando durante este último par de minutos: las capturas que vengan a continuación las dejaré en tamaño "Grande" y no "X-Grande", como es usual, y necesitaré opiniones. ¿Se ven bien, se ven mal? ¿Se ven mejor así o con el tamaño acostumbrado? ¿Continúo de esta nueva forma o vuelvo al estilo de siempre? Ojalá acá hubiesen de esos tanques de privación sensorial (como los que aparecen en "Los Simpsons" cuando Homero intenta congraciar a Lisa) para poder hallar respuestas; de verdad me intriga qué clase de cosas vería en dichos tanques. A lo mejor hasta me dice cómo ganarme la vida sin ser una cucaracha.
Está bien esta cuarta temporada, pero es muy irregular; afortunadamente (para ella y para nosotros), las cosas buenas se sobreponen a las malas, pero éstas no dejan de ser varias en contraposición a las dos o tres cosas buenas, que tampoco son tan impactantes ni memorables. Hay mucho relleno, sobre todo. Para empezar, el soso romance entre Emma y Dylan no aporta nada al conjunto, si acaso algo de información sobre el estado de Emma luego de su trasplante de pulmón o las sospechas que despiertan en Dylan tras la súbita y "misteriosa" desaparición de la madre de Emma, pero a grandes rasgos esta trama es sólo miraditas y besitos y caricias, y todo muy de Disney, poco faltaba para que adoptaran un venado o algo así. Luego tenemos la presencia de Chick Hogan (el tipo que hacía de Opie en "Sons of Anarchy") y su constante acoso a Norma Bates, lo cual podía ser interesante si especulábamos en qué podría desembocar, pero que acaba de cuajo en cuanto ella le dice que por favor se detenga, y el bueno de Chick siempre fue un caballero atrapado en un cuerpo de paleto descerebrado así que le hace caso. Aunque me encanta Jaime Ray Newman, su personaje no es más que un unidimensional y repetitivo instrumento que se desecha tan pronto cumple su previsible función. Lo único interesante a estas alturas es la conflictiva y ambivalente (aunque a estas alturas algo repetida) dinámica entre Norman y Norma, el primero ya convertido en un desquiciado cabrón de cuidado, de mirada intensa y escrutadora, de gesto severo y de más o menos imprevisible personalidad. ¿Hasta qué extremos llegará su locura?
La verdad es que las escenas en que Norman interroga y aprisiona a Norma son incómodas e inquietantes, en especial por este repugnante amor-odio que inevitablemente conduce a terribles crímenes que luego, en los periódicos de cuarta, obtienen titulares como "la mató el amor" o cosas así. Incluso cuando Norman está en el psiquiátrico la serie mantiene el interés, pues en cierta forma el fantasma de Norman sigue acechando a Norma y su feliz luna de miel con... bueno, ya lo verán, mientras el célebre psycho hace de las suyas a costa del psiquiatra de turno y de uno que otro amigo loco. Esta cuarta tiene escenas bastante potentes, como la cena entre Norman, Norma y su flamante marido, la cual no va bien porque sabemos que el maldito Norman es un celoso de mierda, o como toda escena en la que se bifurca la personalidad de Norman y éste comienza a actuar como su madre; verlo vestido como ella es tan divertido como escabroso. Sigo pensando, no obstante, que si "Bates Motel" se diese en un canal más adulto y arriesgado, ésta sería más memorable e impactante, pues me sigue pareciendo que, primero que todo, el tono y la atmósfera son bastante ligeras y comedidas/contenidas en un sentido contraproducente, y luego, que no hay mucha profundización psicológica y estética ya sea de los personajes como de las tramas o la puesta en escena: corrección formal y nada más, incluso la tercera temporada era más atractiva. Todo queda más claro cuando me doy cuenta de que "Bates Motel" es, en esencia, un jocoso melodrama familiar salpicado de sangre y demencia y no el complejo relato de terror que cabría esperar; a mí me hubiese gustado ver una apuesta más gótica y barroca, y por supuesto con más arrojo en lo sexual y el tratamiento de la violencia, como una especie de horror chic. ¿Se imaginan "Bates Motel" escrita y dirigida por Nicolas Winding Refn, David Cronenberg, el viejo Paul Schrader o William Friedkin, incluso David Lynch? ¿Se imaginan una escena como la del miembro-pollo de "Killer Joe" pero con Norman y Norma? Enfermizo, lo sé, ¡pero eso es lo que se necesita! Como sea, los acontecimientos de esta temporada son escasos y la mayor parte del tiempo los personajes se la pasan discutiendo entre sí sobre lo peligroso que es Norman, lo ciega que es Norma y poca cosa más.
La temporada más redonda (y la mejor) sigue siendo la tercera, y dudo que la quinta me vaya a sorprender. ¿Lo mejor? Pero por supuesto que la poderosa y perturbadora interpretación de Freddie Highmore. En serio, pocas veces había visto un rostro tan suave y afable tornarse tan monstruoso y malvado, pasando por toda una gama de desconfianza, ira contenida y total decepción. Se come a Vera Farmiga en un dos por tres. Veremos cómo le va a ir al "desnormalizado" Norman Bates ahora que se acerca el fin.