Este domingo tocó tarde home alone, así que me planté delante del monitor dispuesto a ver las dos primeras entregas de Batman, las que rodó Tim Burton antes de perder la cordura (aunque en Batman Returns se ve más la mano de Burton que en la primera entrega). Me gustaron tanto como me gustaron en su momento, y me reafirmaron en mi teoría de que los Batman de ahora, los de Nolan, no son películas de Batman sino películas con Batman.
En Batman, Burton no se entretiene en contarnos el origen del superhéroe y cómo llega a ser quien es. Es el transcurso de la trama en la que nos relata cómo, cuándo, por qué y por quién mueren sus padres, en un breve flashback y con algunas escenas que encajan perfectamente en la trama.
El director nos presenta un escenario donde el Señor de la Noche (noche, Nolan, N O C H E) ha convertido Gotham en su ciudad. Los criminales ya temen al murciélago y la policía anda con la mosca detrás de la oreja con las actuaciones del enmascarado ya que no saben si es amigo o enemigo. Es en este escenario donde la mafia se mueve como pez en el agua y donde Jack Napier tiene un papel fundamental al convertirse en el Joker tras un accidente en la planta química del que culpa a Batman, no sin algo de razón, del que sobrevive desfigurado y completamente desquiciado.
Dispuestas ya las piezas del juego, Burton no olvida lo que otros directores sí harían y que en DC han recuperado en sus últimos comics. Gotham, el trablero de juego, el coto de caza de Batman y patio de recreo del Joker, el Pingüino y CatWoman. Y es que el único que ha sabido dar una imagen a Gotham ha sido Burton, sabedor de que la ciudad era tan importante como sus protagonistas. Es la Gotham de Burton la que podemos ver en Batman: The animated series, serie nacida de la inspiración de las dos primeras películas, y la ciudad que podemos ver reflejada en Batman: Arkham City. Esta Gotham, y no la ciudad de desproporcionadas figuras y arquitectura imposible que en las entregas posteriores de Batman nos intentaron vender, contrasta con la anodina urbe que Nolan intenta hacer pasar como Gotham.
Las diferencias entre unas películas y otras no sólo se quedan en el escenario. Los personajes, desde el héroe hasta el villano pasando por Alfred, el comisario Gordon y las distintas novias de Bruce Wayne, están dibujados con distintos pinceles por Burton y Nolan. El Batman burtoniano es alguien que busca venganza, no justicia. Lucha contra los criminales, sí, pero no le tiembla el pulso a la hora de ajusticiar a sus enemigos. Es, por tanto, otro monstruo más de los que pueblan Gotham con la salvedad de que este monstruo no se come a los niños sino a los otros monstruos. El combate final con el Joker en el campanario de la ciudad de Gotham deja muy claro que Batman no tiene ningún remordimiento al matar criminales y que su objetivo es acabar con el Joker por haber matado a sus padres.
Sin embargo, el Batman de Nolan es más fiel al original en este sentido. Batman no mata y no usa armas de fuego. Batman no busca venganza sino justicia y así se muestra en las tres películas de El Caballero Oscuro. Pero por qué. Por qué existe esta diferencia entre ambos Batman. Para llegar a una conclusión debemos volver, otra vez, a Gotham y a sus monstruos.
Como ya he dicho, la Gotham de Burton es más Gotham que la ciudad de Nolan. En un escenario oscuro, viejo y peligroso sólo algo oscuro, viejo y peligroso puede sobrevivir en él y no hay nada más oscuro, viejo y peligroso que la muerte. Batman debe enfrentarse a criminales que no dudan en apuntar con un arma a un niño o acabar con toda la población de Gotham en el desfile del 200 aniversario de la ciudad. El Joker es un asesino imparable que quiere adueñarse de Gotham. El Pingüino quiere matar a todos los primogénitos de las grandes familias de Gotham, tengan la edad que tengan, para vengarse de lo que le hicieron sus padres. Catwoman… bueno, Catwoman está bastante tocada en Batman Returns y se aleja bastante de su homóloga comiquera.
Por su parte, Nolan mueve a Batman en una ciudad que puede ser cualquier ciudad americana y lo enfrenta a unos enemigos que no dejan de ser gamberros graffiteros en lugar de los villanos que deben poner las cosas difíciles al héroe. Para Nolan el mayor enemigo de Batman es Bruce Wayne, y así nos lo hace ver en las tres películas, con un Alfred cansino que sólo sabe abrir la puerta y decirle al señorito Bruce que no vaya por ahí disfrazado y saltando por los tejados que se va a hacer daño y, como decían las madres, como se manches va a cobrar.
Así pues, si quieres un héroe duro, un justiciero al que no le tiemble el pulso, debes meterlo en un escenario que sea más duro que él para que sus actos estén justificados y sean creíbles. Y eso es lo que hace Burton que, además, tenía la ventaja de que en 1989 no nos había conquistado el buenismo y lo políticamente correcto y tenía más libertad para hacer lo que hacía.
Sin embargo, ambos directores tienen algo en común. Ambos rodaron más de una cinta de Batman y ambos siguieron el mismo plan. La primera película era lo que Warner Bros quería hacer en ese momento. Ambas cintas fueron lo suficientemente taquilleras como para que se hicieran varias secuelas. Y aquí es donde ambos directores, Burton y Nolan, se salen con la suya y nos venden la película que querían ellos. Batman Returns, segunda cinta de Batman dirigida por Burton, comienza con una gran mansión, la de la familia Cobblepot, durante una Gotham navideña cubierta por le nieve. Tras un lapso de treinta y tres años, la acción nos vuelve a situar en una Gotham hipernavideña cubierta de nieve y con un enorme árbol de navidad que será iluminado en una gran ceremonia pública.
Burton, ¿qué te pasa con la nieve y la navidad que a la mínima oportunidad la cuelas? Afortunadamente no metió a Johnny Deep y a la espeluznante Helena Bonham Carter en el casting, quizás porque por esa época aun no se habían convertido en sus musas y el excéntrico director conservaba cierta cordura, aunque sí que nos cuela a Christopher Walken, otro de sus actores fetiche. Y ahora llega Nolan, el de la cara de niño bueno y peinado con raya al lado. En su primera película se atreve a meter dos villanos en la trama, El Espantapájaros y Rash’al’Ghul. Le salió bien el tiro, teniendo en cuenta las anteriores películas y sus resultados, y para la siguiente quiso gustarse más y metió al Joker y, casi al final, de una manera totalmente innecesaria, a Dos Caras. No está mal, la verdad, pero al igual que la tercera entrega, La Leyenda Renace, no soporta un segundo visionado sin que el espectador se cuestione más cosas de las que ya se cuestiona la primera vez que la ve, los pilares de El Caballero Oscuro se hacen más frágiles a cada visionado adicional.
¿Por qué en el final de Batman Begins nos dicen que el Joker firma sus crímenes con un naipe y en la segunda entrega no lo hace? ¿Por qué se nos vende al Joker como un criminal sádico y luego sólo es un quema containers más, un gamberro, un personaje que no le llega a la suela del zapato al Joker de Nicholson – Burton? ¿Por qué Nolan se empeña en sacar más tiempo a Bruce Wayne que a Batman? Cada director hizo de las secuelas sus películas ya que tenían el respaldo de Warner Bros gracias a las taquillas de sus anteriores trabajos. Con todo eso, Burton hizo una película de Batman adornada con elementos del burtonverso. Sin embargo Nolan, posiblemente presa del éxito de Origen, nos endiñó dos películas con Batman, y decir que Batman sale en La Leyenda Renace es ser excesivamente generoso.
Así que, entendiendo que cada director da su toque personal a las historias que cuenta, me quedo con el Batman de Tim Burton, un Batman que se mueve por escenarios más cercanos a los cómics y tiene parejas de baile muy similares a sus copias de papel. Es cierto que Jack Nicholson, Danny DeVito y Michelle Pfeiffer son piezas que le dan un valor añadido a las películas, pero ver a Billy Dee Williams en el papel de Harvey Dent y pensar, sólo pensar, que si Burton hubiera hecho una tercera quizás él hubiera sido Dos Caras, es algo que no se paga con dinero.
Dejo a un lado la banda sonora de cada una porque Hans Zimmer pierde contra Danny Elfman sin siquiera empezar el partido. ¿Alguien recuerda cómo es el tema principal de las nuevas películas de Batman? ¿Alguien puede olvidar esto?