El número 663 de Batman es, probablemente, el mejor trabajo que Grant Morrison ha realizado al frente de la colección del Murciélago, y eso que, en esencia, no se trata realmente de un cómic, sino de un relato corto ilustrado por las siniestras ilustraciones infográficas de John van Fleet. Morrison vuelve para ocuparse del destino del Joker después de la herida recibida en manos de aquel policía disfrazado de Batman. Todo comienza con el entierro de uno de los payasos que han trabajado para el Joker, Bozzo, una escena de lo más macabro, con los payasos enterrando a uno de los suyos en el cementerio… para luego morir todos, envenenados por el gas del Joker, liberado por las flores rojas y negras del funeral. Ese es sólo el pistoletazo de salida, ya que poco a poco, antiguos aliados del Joker van siendo envenenados de la misma manera, con rosas de pétalos rojos y negros… pero el Joker continúa en Arkham, recuperándose de sus heridas. Pero es obvio que el Rey Payaso del Crimen no iba a estar mucho tiempo inactivo, y con ayuda de Harley Quinn consigue un plan para liberarse, dejando a su alrededor la estela de muerte y destrucción que le caracteriza. Batman llega a tiempo de hacer frente al renacido Joker, descubriendo el verdadero objetivo de todo su plan: las rosas negras y rojas hacían alusión al traje de Harley Quinn, y para iniciar su nueva existencia, el Joker planea asesinar a su antigua aliada. Batman consigue evitarlo, y es finalmente la propia Harley Quinn quien consigue evitar que el Joker se libere…
Después, es Bruce quien cobra protagonismo, al recuperar su interés romántico en Jezebel Jet, que al final, parece no haber sido del todo inmune a los encantos del playboy, con quien se reúne en los Alpes Franceses. Bruce y Jezebel comparten una larga cita, en la que Bruce comienza a acercarse a Jezebel. Pero en Gotham, la oscuridad parece moverse para acechar al Caballero Oscuro. La policía de Gotham está entregando prostitutas a una extraña criatura que parece acechar en un callejón oscuro, donde se repiten las pintadas de Zur-En-Arrh, prostitutas que luego reaparecen mutiladas. Batman, de regreso de suencuentro con Jezebel, descubre la situación, y se enfrenta al ser que acecha en los callejones… y que resulta ser una especie de mezcla entre él mismo y su enemigo Bane, creado por Chuck Dixon, Doug Moench y Graham Nolan hace muchos años como piedra angular de la larga saga que se conocería como La Caída del Murciélago, el villano que le partiría la espalda a Batman y le dejaría condenado a una silla de ruedas de no haber sido por las habilidades curativas de la doctora Shondra Kinsolving. Y vuelve a estar a punto de ocurrir, pues este Batman-Bane, consigue dar una gran paliza a Batman, al que deja finalmente noqueado en la lluvia. Son las propias prostitutas a las que ha salvado quienes le conducen a uno de sus refugios seguros, donde finalmente consigue entrar en contacto con Alfred y Robin. Batman sufre pesadillas en las que aparece Damian, hablando de los tres fantasmas que va a encontrar en su camino: el Batman de la pistola que apareció en el primer número de la etapa de Morrison y estuvo a punto de matar al Joker, el Batman-Bane al que se ha enfrentado en las calles, y un tercer fantasma aún por venir, que parece ser el peor de los tres. El concepto de estos tres “fantasmas” nos conduce de inmediato por supuesto a la obra de Dickens “Cuento de Navidad”, donde el señor Scrooge recibe la visita de tres fantasmas. Pero además, es en estas páginas, entre sus delirios, cuando Batman hace su primera alusión a algo que será de vital importancia más adelante: los Archivos Negros, una colección de documentos en los que se recogen todos los casos no esclarecidos del Murciélago, aquellos que desafían a la lógica. En cuanto se recupera lo más mínimo, Batman acude junto a Robin a enfrentarse de nuevo al Batman-Bane, al que consiguen derrotar juntos, aunque sin averiguar en ningún momento cual es el Tercer Hombre al que hacían alusión los sueños de Batman. Y mientras Bruce se reencuentra con Jezebel, profundizando en su relación, sabemos también que Damian resultó herido en la explosión en Gibraltar, y ahora Talía tiene que utilizar sistemas regenerativos para curarle…
Y es en el número 666 de Batman en el que averiguamos quien es ese tercer hombre, el Tercer Fantasma. Pero es una historia que se desarrolla en el futuro (¿probable? ¿improbable?), un futuro en el que Bruce Wayne ha muerto y el Manto del Murciélago lo porta Damian Wayne. Perseguido por la policía, dirigida por la Comisaria Bárbara Gordon, Batman tiene que hacer frente a extraños enemigos: el Doctor Pyg y sus Muñecas, o el Flamenco (personajes que tendrán una gran importancia más adelante, mucho más adelante), mientras sigue la pista de ese Tercer Batman, un hombre que ha pactado con el Diablo, el Anticristo para Gotham, que está marcando la ciudad con su señal. Y en esto, Morrison vuelve a hacer referencia a la película de culto La Profecía, ya que el 666 es el número de la Bestia que Damian Thorne lleva marcado en su cuerpo, y que nos lleva, más allá de la película a la propia Biblia, al Libro de las Revelaciones (el Apocalipsis), ya que es aquí donde se nos dice que el 666 es el número de la Bestia, la marca del Anticristo. Batman se enfrenta a este apocalíptico emisario, que planea sacrificar Gotham a su oscuro señor, al Demonio, pero Batman le hace frente, y descubrimos que ya mucho tiempo atrás, cuando tenía catorce años, Damian Wayne pactó con su alma por la supervivencia de Gotham.Parece que Damian va a sobrevivir a las heridas causadas por la explosión del submarino… pero, ¿qué llevará a un Damian Wayne de sólo catorce años a pactar con el Diablo por la supervivencia de Gotham? Para saberlo, tenemos que volver atrás en el tiempo… y continuar con la historia, en una de esas maniobras geniales a las que Morrison, realmente, nos va acostumbrando.
Porque ahora, mucho antes de que Damian tenga que hacer frente a la condena de Gotham en manos de Tercer Fantasma, Batman y Robin se dirigen a una peculiar reunión privada en una isla en el Caribe. Y es que el Club de Héroes se reúne después de muchos años de separación. El Club de Héroes tiene su origen en los años cincuenta, como buena parte de la mitología que utiliza Morrison, y es que en aquellos años, muchos imitadores de Batman fueron apareciendo por todo el mundo: el Caballero y el Escudero en Inglaterra, los indios americanos Murciélago Jefe y Pequeño Cuervo, el Gaucho en Argentina, el Mosquetero en Francia, el Guardián en Australia o el Legionario en Italia. Estos héroes contarían con un benefactor, Jonathan Mayhew, un filántropo inmensamente rico. El club no tuvo mucho éxito, y Batman, poco amigo de tener aliados, apenas tuvo relación con él, pero ahora, los antiguos miembros del Club han recibido una invitación para acudir a una reunión con su antiguo benefactor, Mayhew en su isla privada. Pero se trata todo de una trampa: Jonathan Mayhew ha sido asesinado, y en el más puro estilo Diez Negritos, tienen los miembros del Club de Héroes tienen que averiguar qué ha ocurrido, y más cuando sus medios de transporte son destruidos. Además, en estos episodios del Club de Héroes, vemos nombres que nos resultarán importantes más adelante, aunque sólo sea en los carteles que aparecen en las paredes de la casa. Jonathan Mayhew había sido el director de una película llamada El Guante Negro, protagonizada por Mangrove Pierce y Marsha Lamarr, dos nombres que tendremos que mantener en la memoria. Además, es la presentación de Beryl Hutchinson, la nueva Escudera. Los miembros del Club de Héroes comienzan a ser atacados por alguien que se hace llamar “El Guante Negro”,como batalla en una guerra entre el bien y el mal. Los héroes descubrirán que han sido infiltrados, ya que el asesino es uno de ellos, atraído a las filas del mal por el propio Mayhew, que continúa vivo y, haciéndose pasar por un enemigo de El Gaucho, un especialista en trampas llamado El Sombrero, ha convertido toda la isla en una trampa mortal para sus invitados. Batman sobrevive, y por lo tanto, en su apuesta con el Guante Negro, John Mayhew pierde, por lo que es eliminado…
Aunque volveremos a oír hablar de El Guante Negro… pronto.