Desde que tomara las riendas del murciélago, Grant Morrison ha sometido a Batman a todo tipo de pruebas físicas y psicológicas que han forzado a Bruce Wayne a replantearse su condición de cruzado enmascarado. Tras una serie de sagas en las que el guionista escocés fue introduciendo personajes nuevos, rescatando otros y dejando pistas (a las que hice referencia aquí), las colecciones de las que se encargaba sufrieron una conclusión absurda y estrafalaria en la que las excentricidades se escapaban de las manos de Morrison, abriendo el camino a una nueva propuesta: Batman, Inc.
La nueva cabecera protagonizada por el caballero oscuro arranca con una premisa cuanto menos curiosa: cansado de sus titánicos esfuerzos, Bruce Wayne decide financiar una red internacional de hombres murciélago que combata el crimen a nivel global. Así, emprende un viaje alrededor del mundo designando encargados de portar el manto del murciélago en ciudades como Tokyo, Buenos Aires, Hong Kong, o París, al mismo tiempo que intenta hacer frente a una nueva red terrorista conocida como Leviathan.
Por desgracia, el poco interés que podía despertar semejante propuesta se esfuma después de los dos números iniciales: el leve argumento se desvanece, a Morrison "se le va la pinza" y da paso a historias cada vez más extravagantes que poco tienen que ver con la esencia oscura y detectivesca del personaje; además de que los villanos de Leviathan no son más que un calco de El Guante Negro, los criminales que ya aparecieron en Batman R.I.P. Lo único que se salva es el dibujo de Yanick Paquette en los cuatro números de los que se encarga, porque los otros dos dibujantes sólo contribuyen a empeorar la colección.
Después de sus ocho episodios iniciales, la llegada del relanzamiento/reinicio de DC Cómics no parece que vaya a afectar demasiado al desarrollo de la colección, que cambiará su nombre por Batman: Leviathan y continuará con las tramas desarrolladas por Grant Morrison, que desde luego no merecen la pena al buscar conceptos estrambóticos que llevan a caer en la repetición y alejarse de la esencia del personaje.