Batman y Robin (Hood)

En una clasificación ―inventada por mí, a partir de mi experiencia― existen 3 tipos de niños (hombres):

A) A los que les gustan los insectos, los dinosaurios y todas esas cosas que tengan que ver con la naturaleza. Su máximo de regalo sería una atrapa-bichos con lupa integrada para guardar a sus nuevas “mascotas”.

B) A los que les gustan los superhéroes y los personajes como los Power Rangers y Max Steel. Su máximo de regalo sería un disfraz del personaje que más admiran.

C) A los que les gustan los coches, camiones, aviones y naves espaciales. Su máximo de regalo sería un auto o un helicóptero de control remoto.

Sin duda, Pablo pertenece al grupo C. Desde que era pequeño, fue muy claro que lo que le interesaba era todo aquello que tuviera un motor.

Los bichos le dan asco y los dinosaurios no le causan mayor interés. Sí le impresionan, pero no pasa de un: “¡órale, qué grandes!”.

En cuanto a los superhéroes, está completamente perdido. Hasta hace poco, para él, Batman, Spiderman y Superman era un mismo señor fortachón con varios apodos, encargado de luchar contra los malos. Inclusive, hace poco tuve una larga discusión con mi hijo, porque él argumentaba que el ayudante de Batman era Robin Hood… nunca logré convencerlo de que así no era. Según él, Hood es simplemente el apellido de Robin: “A ver, tú tienes un apellido. Yo tengo un apellido. ¡Robin también, ma!”.

Pablo tiene dos mejores amigos en la escuela. Uno pertenece completamente al grupo A y de grande quiere ser paleontólogo. El otro está clavadísimo con el rollo de Star Wars y sin duda, pertenece al grupo B. ¿Mi hijo? Él quiere ser mecánico, corredor de autos de carreras y astronauta. En verdad me intriga cómo es que los tres pueden ser tan buenos amigos, teniendo intereses tan diferentes.

Sin embargo, creo que el amigo B ya le está empezando a meter a Pablo un poco la idea de los superhéroes en la cabeza. De hecho, este año, Pablo me sorprendió al pedirme un disfraz de Batman para Halloween:

― ¿En serio quieres ir disfrazado de él, Pablo? A ver, ¿quién es Batman?

― El ayudante de Robin Hood.

― ¿Y qué hace?

― Explota fuego para atacar a los malos.

― ¿Qué coche maneja?

― El Auto-móvil.

―¿Vuela o no vuela?

― ¡Claro que vuela! Si no, ¿para qué quiere su capa, ma? (mmmhhh… la verdad, no tengo idea. Pero qué bueno que la pregunta era retórica).

― Oye, ¿y por qué quieres ir disfrazado de Batman?

―¡Porque es Halloween, ma! Todos tienen que ir disfrazados de algo de miedo.

Ya sé. No sé. No me pregunten. Yo también me quedé en las mismas…

No entendí nada, pero evidentemente, él tampoco.

No importa. Si Batman quiere, Batman será.

Y por cierto, Pablo me informa que ahora sólo tengo que conseguir un traje de “Robin-Hood” para Luca y juntos irán en “El Auto-móvil” a pedir dulces.

Sí, Pablo pertence al grupo C. Y por lo visto, ahí se quedará.