La reconstrucción del patrimonio arquitectónico demolido induce, afortunadamente, a interpretaciones que exceden la representación de la propia obra. Estas definiciones erigen posiciones paralelas o antagónicas causantes de distintas controversias, que generalmente acrecientan la idea de valor patrimonial.
La reconstrucción de las casas diseñadas por Walter Gropius para los maestros de la Bauhaus afectadas por acciones bélicas durante la segunda guerra ofreció una oportunidad para revalorar el patrimonio del Movimiento Moderno y ante ella los autores optaron por criterios diferentes según las características encontradas en cada caso.
El proyecto de restauración comenzó en 1992 con la renovación de las casas que mantuvieron sus estructuras originales. La puesta en valor de estas viviendas se ejecutó en acuerdo al diseño original, utilizando los mismos materiales, colores y texturas.
El carácter singular fue aplicado a la reconstrucción de las dos viviendas destruidas por completo, la casa del director y la vivienda de Moholy Nagy. En estos casos se adoptó un criterio escultural que recompone las formas geométricas originales bajo parámetros de carácter neutro.
Este acuerdo minimalista mantiene las proporciones de las estructuras originales, pero reduce el diseño a una mínima expresión, empleando métodos constructivos contemporáneos. El trabajo fue realizado a partir de dibujos, maquetas y fotografías de las dos casas y para su construcción se empleó hormigón vertido. Las ventanas están montadas a ras de las fachadas y fueron tratadas con un lavado opaco que acentúa la naturaleza plana de las formas.
Los espacios interiores fueron entregados al artista alemán Olaf Nicolai que realizó una instalación llamada El Color de la Luz, influenciada por las experimentaciones de color realizadas por Moholy-Nagy durante su estancia en la Bauhaus. La obra divide el interior en una serie de rectángulos y cuadrados que se asemejan a las pinturas geométricas del artista, pero en lugar de color las paredes, los pisos y los techos tienen un acabado monocromático con texturas que responden de manera diferente al efecto de la luz del día según la forma de las habitaciones.
La intervención alcanzó también la reconstrucción de un quiosco de refrescos en una esquina del sitio, diseñado por Mies van der Rohe en 1932 y demolido en 1970 para ampliar la traza de la autopista que bordea la Bauhaus.
La Trinkhalle fue construida en el punto más oriental de la escuela. Se trata de un pequeño cuarto adosado al muro exterior del predio con una cubierta plana que sobresale por encima del vano exterior. Este pequeño edificio era el único diseño de Mies van der Rohe realizado en Dessau.
Marcelo Gardinetti, junio de 2014©
Fotografías: ©Christoph Rokitta. Fotografías históricas: viviendas: Lucia Moholy 1926-Bauhaus archivo Berlin, ©VG Bild Kunst Bonn. Trinkhalle: Fritz Schreiber 1932, ©Bauhaus Dessau Foundation. Actuales: © Lena Böhnlein. Obra en construcción: Hans Volger 1925, ©Bauhaus Archivo Berlin.
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