BBF#75
La ciudad se despereza. Las calles se empiezan a llenar de coches que van a provocar el atasco de siempre. Se abre el grifo de una ducha. Se enciende una cafetera. Un perro reclama su paseo de cada día mientras su dueño trata de sacarse de encima los últimos recuerdos del sueño de esa noche que ya no es. La vida se pone en marcha detrás de cada ventana, empezando a escribir la crónica de ese día de invierno en Madrid. Miles de personas entremezclan sus vidas a diario, se cruzan, se miran, se dejan pasar, utilizan el mismo autobús o compran el periódico en el mismo kiosco sin tomarse un solo segundo en reconocerse. Es lo más normal en una gran ciudad. Uno ha visto al vecino de la puerta de al lado porque alguna vez han coincidido al tirar la basura o en el ascensor, pero nada más. Los amigos son los compañeros de colegio o de trabajo y algún familiar que no te cae demasido mal. La vida discurre entre la monotonía cotidiana y los sinsabores de un tiempo en el que nadie es lo que le gustaría, donde nadie hace lo que los demás esperan de él. Ni siquiera hace lo que él espera hacer. A veces las historias de dos personas de esas que se ven todos los días se mezclan y se convierte en algo fuera de la rutina. (“Su chico de alquiler”, Mayte Esteban)¡Me encanta el comienzo! Ya te contaré cómo va el resto aunque... ¡la cosa promete! Nos seguimos leyendo.