Revista Cultura y Ocio
De nuevo viernes y la semana no me ha cundido en exceso, pero he terminado El error azul de Javier Lorenzo y puedo anunciar a los cuatro vientos que es un NOVELON, si con mayúsculas, qué ambientación, qué personajes, qué estilo... Mejor me paro y dejo algo para la reseña.
Ayer por la tarde comencé mi nueva lectura, de nuevo viajaba en tren y aunque a la ida fui charlando con una compi de trabajo, a la vuelta pude atacar una novela a la que tenía muchas ganas desde el mismo día en que me llegó el mail anunciándola. Me quede un poco fría con Cincuenta sombras, no con la trama que enganchaba a pesar de la protagonista a la que no lograba entender, si no por el poco manejo de la herramienta linguística que tenía su autora.
He reconocido que leo erótica, pero también que tenía el género bastante abandonado porque no encontraba novelas que estuvieran a la altura, cualquier blogger que se dedicará a estos temas me parecía de mejor calidad. Por tanto había puesto tantas expectativas en Cincuenta Sombras y estas no se vieron cumplidas que he buscado la forma de quitarme la espinita.
Hace unos días la editorial me lo mandó, y la odisea para recoger el libro fue increíble. De normal los mensajeros pasan por la mañana, y yo estaba trabajando, cuando me puse en contacto con la agencia de mensajería en lugar de facilitarme las cosas, solo encontré pegas, les tenían que autorizar a pasar por otro domicilio, a entregarmelo por la tarde.... En fin al final viendo tantas dificultades quedé con ellos para la semana siguiente, con las ganas que tenía de leer el libro y justo cuando les recuerdo que tenían que pasar el lunes, me dicen que me lo han devuelto.
La editorial ha sido tan amable de volvermelo a mandar y esta vez me aseguré de estar en casa cuando el mensajero tuviera a bien traermelo.
Supongo que ya os imaginais de que libro se trata, si no seguid leyendo...
Titulo: No te escondo nada
Autor@: Silvia Day
Editorial: Espasa
Nº de páginas: 430
Deberíamos ir a un bar a celebrarlo. No me sorprendió la categorica declaración de mi compañero de piso. Cary Taylor siempre encontraba pretextos para ir a celebrar algo, por pequeño e intrascendente que fuera. Formaba parte de su encanto.
No creo que beber la noche antes de empezar en un nuevo empleo sea buena idea.
Vamos, Eva. Sentado en el suelo del salon de nuestra nueva casa, entre varias cajas de mudanza, Cary esbozó su irresistible sonrisa. Llevábamos varios dias desempaquetando, pero él seguía teniendo un aspecto increíble. De constitución delgada, pelo oscuro y ojos verdes, Carey era un hombre al que resultaba difícil no ver guapísimo todos los días. Me habría sentado mal de no ser porque era la persona a la que más quería en este mundo.
No dice mucho este principio... así que habrá que seguir leyendo