BBF#93
Sigue dándomelo, a pesar de haber leído ya el primer párrafo. Ya sabes que estaré con Leopold todo el verano, así que no te hablaré de mis impresiones hasta septiembre, pero puedes mantenerte al día de lo que vayamos hablando a través del hashtag #VeranoConBloom. Nos seguimos leyendo.
MAJESTUOSO, el orondo Buck Mulligan llegó por el hueco de la escalera, portando un cuenco lleno de espuma sobre el que un espejo y una navaja de afeitar se cruzaban. Un batín amarillo, desatado, se ondulaba delicadamente a su espalda en el aire apacible de la mañana. Elevó el cuenco y entonó:
- Introibo ad altare Dei.
Se detuvo, escudriñó la escalera oscura, sinuosa y llamó rudamente:
- ¡Sube, Kinch! ¡Sube, desgraciado jesuita! (“Ulises”, James Joyce)